El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1164
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Capítulo 1164:
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—Ahora voy a coserla —dijo el médico.
Nate asintió con expresión indiferente.
Entonces Corrine observó cómo el médico privado comenzaba a coser a Nate, utilizando solo una aguja e hilo, sin ningún tipo de anestesia.
—¡Espere! —exclamó Corrine, que acababa de recibir tratamiento en la frente, sorprendida. Se apresuró a acercarse—. ¿Por qué no utiliza anestesia? ¿Cómo puede alguien soportar unos puntos tan crudos?
El médico miró a Nate y a Corrine, con expresión indecisa.
Después de un momento, dijo con cautela: —Señorita Holland, quizá no lo sepa, pero el señor Hopkins rechaza los anestésicos, por muy grave que sea la lesión.
Corrine frunció ligeramente el ceño. Nunca usar anestésicos…
Debía de ser alérgico o le preocupaba dar a sus enemigos una oportunidad para atacar.
—Úselo. Yo me quedaré con él —dijo Corrine con firmeza.
El médico no dijo nada y miró el rostro de Nate en busca de algún signo de resistencia.
Al no encontrar ninguno, comenzó a administrarle una pequeña dosis de anestesia.
Todo el proceso, desde los puntos hasta el vendaje, duró solo treinta minutos.
Corrine tomó la mano de Nate. —Si estás cansado, deberías descansar un poco.
—Juntos —respondió Nate, apretándole la muñeca y tirando de ella hacia la cama.
Corrine dio un grito ahogado de sorpresa.
Tras un vertiginoso giro, se encontró envuelta en los brazos de Nate. Preocupada por presionar la herida, permaneció completamente inmóvil, acurrucada obedientemente en su abrazo. —Duerme —susurró Nate con suavidad.
Mientras lo miraba, la proximidad de Nate le trajo recuerdos.
Sus palabras anteriores, «No te preocupes, estoy aquí», resonaron profundamente, recordándole a Corrine al hombre que había conocido años atrás en Forestvale.
Sus ojos le resultaban familiares desde el momento en que se conocieron, pero no conseguía recordar dónde los había visto antes.
Solo en la oscuridad del túnel su mirada despertó su memoria.
¿Podría ser el hombre de hacía años?
¿Era Nate el protector que la había defendido durante aquella peligrosa noche en Forestvale?
Aunque Corrine había planeado preparar algo de comida una vez que Nate se durmiera, el calor de sus brazos la arrulló hasta que se quedó dormida.
Sin embargo, fue un sueño inquieto.
En sus sueños, revivió aquella noche tumultuosa llena de disparos interminables y caos. Los cadáveres yacían esparcidos por las calles y la sangre se mezclaba con la lluvia, formando riachuelos carmesí. El olor metálico y acre de la sangre se mezclaba con la humedad de la lluvia, abrumando sus sentidos.
Los drogadictos, con los ojos desorbitados y desesperados, acechaban en la oscuridad como ratas, con la mirada llena de ansia y codicia.
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