El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1158
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Capítulo 1158:
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Entendía la indiferencia de Nate ante la difamación, pero le dolía verlo soportarlo.
En el pasado, no había tenido otra opción, pero ahora, con ella a su lado, ¿cómo podía permitir que sufriera tanto?
En ese momento, Mandy entró en la habitación desde fuera.
Aunque Nate se había marchado, se respiraba una tensión palpable en el aire.
—Señorita Holland —saludó Mandy.
Corrine se volvió hacia ella.
Mandy le tendió un pequeño frasco de porcelana. —Este ungüento curativo es excelente para los moretones —dijo.
—¿Quién lo ha enviado? —Corrine arqueó una ceja.
Mandy comenzó a responder, pero se detuvo al recordar las instrucciones de Nate.
Al notar su vacilación, Corrine adivinó la identidad del remitente.
Al darse cuenta de que era Nate, aceptó el frasco sin hacer más preguntas.
¿Por qué sufrir físicamente además de todo lo demás?
—¿Dónde ha ido? —preguntó Corrine con indiferencia.
Mandy respondió rápidamente: —Se ha ido y no volverá en un tiempo.
Corrine se detuvo a mitad de la aplicación del ungüento. —¿No volverá en un tiempo? —repitió, con un tono de preocupación.
Mandy asintió con la cabeza, evitando mirarla a los ojos.
Corrine frunció el ceño mientras sus pensamientos se aceleraban.
¿Se había marchado sin decir nada? ¿Dejándola sola allí?
Respiró hondo y dejó a un lado el algodón. —Entonces nos iremos también —dijo.
—Pero hay un banquete familiar más tarde —intervino Mandy—. El señor Ralph Hopkins pidió expresamente que asistieras.
Al leer la preocupación en el rostro de Corrine, Mandy añadió rápidamente: —Nate solo ha salido un momento. Puede que vuelva para el banquete. Se preocuparía si no estuvieras allí.
El ánimo de Corrine se aligeró ligeramente. —De acuerdo —aceptó.
Mandy exhaló en silencio, aliviada.
Las románticas discusiones de la pareja dejaban al personal en una situación incómoda. Estaban contratados para gestionar los asuntos, pero ahora se veían obligados a mediar también en conflictos personales.
Un momento después, Corrine se levantó para marcharse.
Mandy se puso firme. —Señorita Holland, ¿va a salir? —preguntó.
—Necesito aire fresco —respondió Corrine—. ¿Hay algún sitio interesante cerca?
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