El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1144
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1144:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Corrine no tenía intención de seguir hablando con Darrion. Se volvió hacia Mandy. —¿Ha terminado la reunión?
—Sí, ha terminado —respondió Mandy. Y añadió—: Se ha enviado el mensaje, tal y como pediste.
Corrine asintió con la cabeza en señal de reconocimiento. —Bien. Prepárate. Es hora de recibir a nuestros invitados.
Se acomodó en una silla en otra habitación y cerró los ojos para descansar. Sus dedos tamborileaban ligeramente sobre el reposabrazos, siguiendo un ritmo constante.
El golpeteo coincidía con los latidos de su corazón, y cada golpe agudizaba su concentración. Pronto, el sonido de unos tacones altos resonó en el pasillo. Corrine lo oyó con los ojos aún cerrados y una leve sonrisa se dibujó en sus labios.
De repente, se oyó un fuerte golpe. La puerta se abrió de un golpe y Andrómaca entró con paso firme. Su voz era gélida cuando preguntó: «Corrine Holland, ¿a qué juego estás jugando ahora?».
La reunión acababa de terminar cuando Andrómaca encendió su teléfono. Al instante apareció un mensaje anónimo.
«¡Sé cómo murieron los padres de Darrion y conozco tus otros secretos!».
Esas sencillas palabras hicieron que un escalofrío recorriera la espalda de Andrómaca. Sin perder un segundo, ordenó a su gente que rastreara el origen del mensaje, lo que los llevó directamente hasta Corrine.
Andrómaca, conocida por su belleza, ahora irradiaba furia, con los ojos ardientes por el deseo de destrozar a Corrine.
—No te enfades —dijo Corrine, esbozando una leve sonrisa—. Hace tiempo que no ves a tu sobrino, Darrion, ¿verdad? Seguro que hay algo que te gustaría decirle.
—Hizo un gesto con la barbilla hacia la entrada de la habitación.
Andrómaca siguió su mirada y vio a Darrion, atado a una silla, siendo arrastrado por Presley.
En el momento en que sus ojos se encontraron con los de Darrion, las pupilas de Andrómaca se contrajeron. Rápidamente bajó la mirada, tratando de ocultar el pánico que la invadía.
—¿Por qué estás tan callada? —La fría mirada de Corrine se movió entre ellos—. ¿Unos días separados os han hecho olvidar el uno al otro? ¿Debería presentaros de nuevo?
Andrómaca estalló ante el comentario. —¿De verdad crees que con Nate respaldándote puedes hacer lo que te dé la gana? Te lo advierto. ¡Esto es la finca Hopkins! ¡No puedes comportarte como si fueras la dueña!
Corrine se apartó con calma un mechón de pelo de la oreja. —Ya veremos si puedo comportarme como si fuera la dueña.
Andrómaca se burló, entrecerrando los ojos con rencor. —Entonces tendré que darte una lección por Nate.
Dicho esto, se abalanzó sobre Corrine con la intención de darle una fuerte bofetada.
Corrine esquivó rápidamente el golpe y volvió la mirada hacia Mandy, que estaba observando. —¿A qué esperas? Muévete.
Mandy salió de su aturdimiento y dio un paso adelante, colocándose delante de Corrine.
.
.
.