El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1127
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Capítulo 1127:
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Corrine frunció ligeramente el ceño.
Desde que había llegado, parecía que todo el mundo insinuaba que existía una conexión más profunda entre ella y ese lugar.
Al darse cuenta del silencio de Corrine, Ralph ladeó ligeramente la cabeza. —¿Crees en el destino?
Corrine le devolvió la mirada, con voz firme. —Solía pensar que yo controlaba mi propio destino. Pero con el tiempo, he aprendido que las dificultades suelen tener un propósito». Su tono era tranquilo, casi resignado.
Mientras hablaba, colocó con precisión una pieza negra en el tablero, cortando un gran grupo de piezas blancas.
Ralph parpadeó, sorprendido por la audaz jugada. Estudió el tablero e inmediatamente vio dónde se había equivocado.
Se le escapó una risita, mezclada con admiración. —Eres realmente excepcional, señorita Holland.
Corrine levantó lentamente la mirada y se encontró con los ojos de Ralph. —¿Y qué te hace pensar eso?
—En todos los sentidos —respondió Ralph con suavidad. Cogió la taza que tenía al lado y dio un sorbo lento—. Cualquiera que tenga poder sobre la Llama Roja debe de ser alguien muy importante.
Corrine dudó una fracción de segundo y una expresión de sorpresa cruzó su rostro.
Ralph dejó la taza sobre la mesa y dijo con voz firme: —Este es mi territorio. Aquí nada se me escapa.
Las palabras de Ralph sonaban a la vez como una explicación y una advertencia.
Corrine respiró hondo y removió el café. —Supongo que también se ha enterado de lo que ocurrió en el cruce cerca del Gran Palacio —dijo con suavidad.
Sus palabras enmascaraban una trampa.
Si Ralph lo admitía, ella tendría motivos para sospechar que estaba involucrado en el accidente de coche.
Él la miró a los ojos con una sonrisa cómplice. Era evidente que había descubierto su estratagema.
Esa mirada dejó a Corrine completamente derrotada.
En su presencia, todos sus planes parecían inútiles.
—Como líder de la familia Hopkins, Nate siempre llevará una pesada carga. Un día, podría ser un accidente de coche. Al siguiente, un atentado contra su vida. Vivir al límite se convertiría en algo habitual.
Ralph continuó: —La mujer que esté al lado de Nate debe hacer algo más que cuidar de sí misma. También debe aportar valor a su vida.
Los labios de Corrine esbozaron una leve sonrisa. «Dime, ¿cuáles de esas cualidades crees que tengo?».
La sonrisa de Ralph tenía un toque de misterio. «No hay prisa. Tenemos mucho tiempo para descubrirlo».
Corrine apretó los labios y bajó la mirada, ocultando sus pensamientos. «Supuse que los incidentes en el cruce y en la villa del complejo turístico habrían cambiado tu opinión sobre mí».
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