El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1123
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Capítulo 1123:
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Anteriormente, había utilizado a Leah para atacar a Corrine, y ahora estaba manipulando a Darrion para desafiar tanto a Nate como a Corrine. Andrómaca era, sin duda, una mujer venenosa y vengativa.
Al ver la expresión indignada de Karina, Corrine se rió entre dientes. —No te preocupes, yo me encargaré de ello —le aseguró.
Una chispa de expectación iluminó los ojos de Karina. —¿Qué estás tramando? —preguntó con impaciencia.
—Haré que su vida sea un infierno —respondió Corrine en un susurro conspirador, con una sonrisa pícara.
Andrómaca, orgullosa de pertenecer a la familia Hopkins, se nutría de su elevada posición social. Perder el apoyo de la familia la despojaría de sus pretensiones y su influencia.
Para alguien que disfrutaba siendo el centro de atención, como una famosa socialité, no había mayor castigo que caer en desgracia y sumirse en el olvido.
Con su plan en mente, Corrine sacó su teléfono y envió un mensaje a Lone Ranger. Sus dedos se movían con precisión deliberada, escribiendo su estrategia mientras esperaba pacientemente una respuesta.
Aproximadamente una hora más tarde, murmullos de conversación llegaron al jardín desde el pasillo.
Corrine y Karina giraron la cabeza hacia el sonido y vieron a Moses y los demás aparecer en su campo de visión.
Nate los seguía, con paso relajado e indiferente, una mano metida casualmente en el bolsillo. Incluso entonces, su presencia exigía un aura claramente autoritaria.
—Vamos allí también —sugirió Corrine a Karina.
Karina asintió con la cabeza.
Al acercarse, Moses hizo un gesto a Karina para que se acercara a él. Karina se detuvo y pareció dudar por un momento, pero luego avanzó con decisión.
—¿Quieres acompañarme esta noche? —le susurró Moses al oído, con voz apenas audible.
Karina vaciló, su mirada se posó brevemente en el pequeño y peculiar lunar que tenía debajo del ojo, antes de apartar la vista y asentir sutilmente con la cabeza.
Moses se volvió hacia Corrine, tomando suavemente la mano de Karina. —Yo me ocuparé de Karina por ahora —dijo—. En un par de días, me aseguraré de que regrese sana y salva a Lyhaton.
Corrine arqueó ligeramente las cejas y miró a Nate con una leve sonrisa de complicidad.
Justo la noche anterior, Nate había mostrado signos de celos y competitividad, y ahora Moses parecía ansioso por llevarse a Karina. Era difícil no sospechar que era a petición de Nate.
Nate miró a Corrine con calma y serenidad, con una expresión indescifrable. Este intercambio silencioso hizo que Corrine se preguntara si estaba interpretando demasiado la situación.
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