El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1109
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Capítulo 1109:
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«Entonces prepárate para ver cómo tu mejor amigo sale volando por los aires».
Darrion se burló, arrancándole la chaqueta a Karina.
Atado a su cintura había un cinturón con explosivos, suficientes para acabar con más de una persona.
Darrion estaba totalmente preparado para arrastrar a todos con él.
Corrine frunció el ceño y apretó los puños.
—Una muerte mutua puede parecer tentadora, pero ese no es un camino que yo tomaría jamás.
Respiró lenta y profundamente y dio un paso adelante.
Mandy la agarró al instante por la muñeca.
—¡Señorita Holland!
No se podía subestimar el poder devastador de la bomba. Acercarse imprudentemente podría significar la muerte segura para Corrine si Darrion decidía apretar el interruptor.
Corrine miró de reojo a Mandy, ofreciéndole una mirada tranquilizadora. Luego, liberando suavemente su mano del agarre de Mandy, caminó hacia Darrion, con pasos deliberados y tranquilos. Darrion apretaba con fuerza el mando a distancia en su mano derecha.
—Sabía que la mujer de Nate era inteligente —comentó con una sonrisa despectiva. La presencia serena y cautivadora de Corrine encendió su imaginación. Su rostro, de una belleza impresionante, parecía una obra maestra, pero eran sus curvas perfectas las que más llamaban la atención.
Una mujer así era la encarnación de la femme fatale.
Si Nate perecía a manos de ella, sería un final poético. Al fin y al cabo, morir por una belleza tan exquisita sería un destino romántico. Corrine se encontró con la mirada de Darrion y esbozó una sonrisa fría y segura.
—Te dejaré que pongas las condiciones, pero ahórrate tus fantasías —replicó—. ¿Estás intentando engañarme?
Darrion entrecerró los ojos, con una chispa maliciosa brillando en su interior.
—¿Quieres morir juntos? —lo desafió Corrine, con la mirada fija en el control remoto que él tenía en la mano—. Adelante, presiónalo. Si morimos, moriremos juntos. Mi muerte no significa nada. Solo dejaría a Nate con su existencia despreocupada en este mundo. —Hizo una pausa y luego añadió enfáticamente—: Tus padres lo sacrificaron todo para concederte la libertad. Se les rompería el corazón enterrar a su hijo, sabiendo que desperdiciaste tu vida en una venganza fallida.
Sus palabras golpearon a Darrion como puñales.
—¡Cállate! —espetó, mirando a Corrine con los dientes apretados. Apretó el mando a distancia, pero su dedo sobre el botón rojo se relajó involuntariamente.
Había contemplado la muerte, pero la idea de que Nate siguiera ileso era insoportable.
En ese momento de distracción, Corrine se movió rápidamente, intentando arrebatarle el mando. Pero Darrion, intuyendo sus intenciones, la miró con una sonrisa siniestra.
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