El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1080
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Capítulo 1080:
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Le quedaba perfecto, resaltando su elegante figura. El dobladillo tenía una elegante abertura que dejaba ver sus largas piernas con cada paso, lo justo para mantener el misterio. El color verde le daba un aire frío y distante, pero en ella le añadía un toque de encanto, haciéndola parecer una diosa serena e intocable. Era innegablemente cautivadora, pero su belleza parecía sagrada, fuera del alcance de cualquiera.
Nate se sentó en el sofá y siguió con la mirada a Corrine mientras ella aparecía. Su mirada se oscureció ligeramente y un destello peligroso brilló en sus ojos.
—¿Está bien? —preguntó Corrine, ajustándose el escote del vestido.
Con la cabeza alta, Corrine se movía con una elegancia natural. Los ojos de Nate se oscurecieron y se volvieron más intensos. Se levantó y se acercó a ella. —Cámbiate.
—¿No me queda bien? —preguntó Corrine, mirando su vestido.
Nate la rodeó con el brazo por la cintura. —Es solo que me siento incómodo.
Corrine no pudo evitar reír. —¿Esa es tu razón?
—Por favor —dijo Nate, inclinándose para besarle la sien y hablarle en voz baja—. El viento en Moonlight Plaza es fuerte. Este vestido es demasiado fino. Ponte algo más abrigado, ¿de acuerdo?
Diez minutos más tarde, tras la insistencia de Nate, Corrine se había cambiado. Moonlight Plaza no era solo un edificio, sino un complejo de seis edificios, todos conectados por un juego de luces y sombras. Desde arriba, el complejo parecía un grupo de seis estrellas brillantes. La subasta de ese día se celebraba en el edificio principal.
Al entrar, un miembro del personal los condujo a una sala VIP. Corrine echó un vistazo a la decoración antigua y sintió como si hubiera retrocedido en el tiempo.
—¿Qué cosas interesantes se subastan hoy? —preguntó.
—Moonlight Plaza es diferente a la mayoría de las casas de subastas —respondió Nate, dejando la taza sobre la mesa—. No hay una lista fija de artículos. En su lugar, cada subasta tiene un tema. ¿El tema de hoy? Es una subasta misteriosa. No se sabe qué artículos se subastan hasta que se compran.
«¿Una subasta misteriosa?», preguntó Corrine con los ojos brillantes de emoción. Era la primera vez que oía hablar de un concepto tan inusual y ahora tenía aún más curiosidad por el evento de esa noche.
Cuando comenzó la subasta, Corrine se apoyó en la barandilla y se asomó para mirar. En el centro había una mesa redonda. Sobre ella había varias piedras de diferentes tamaños, cada una con un número.
Un mayordomo llegó con un folleto y se lo entregó. En él figuraban las pujas iniciales y los incrementos de precio de cada piedra.
Mientras Corrine lo miraba, se dio cuenta de algo. Era una apuesta con piedras, que posiblemente ocultaban gemas valiosas en su interior. Era la primera vez que veía un sistema tan complejo para apostar con piedras.
Al darse cuenta de su interés, Nate le preguntó: «¿Quieres bajar y probar?».
«Claro», respondió ella.
Corrine y Nate estaban a punto de bajar cuando alguien entre la multitud cogió una piedra que le llamó la atención. La piedra parecía estar bien, pero no parecía justificar el elevado precio que ofrecía el joven.
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