El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1056
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Capítulo 1056:
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—A las islas cercanas.
Cuarenta minutos más tarde, un helicóptero aterrizó suavemente en el helipuerto.
Esta pequeña isla se había transformado en un complejo turístico de lujo. Se encontraba a unos 150 kilómetros de la isla principal, y cada villa estaba construida a gran distancia de las demás para garantizar una total privacidad.
El complejo ofrecía todo tipo de comodidades y las vistas eran aún más impresionantes que en la isla principal.
El cielo y el mar parecían fundirse, creando una vista realmente increíble.
Una vez que Corrine bajó del helicóptero, se tomó un momento para mirar a su alrededor. Había varios yates amarrados a lo largo de la costa y algunos hidroaviones atracados más lejos.
No había muchos visitantes en la isla, lo que le daba un aire tranquilo, casi virgen.
Una suave brisa sopló, levantando algunos mechones de su cabello en la parte posterior de la cabeza.
Sin pensarlo, levantó la mano y atrapó los mechones que volaban entre sus dedos.
Al girar la cabeza, vio a un grupo en la distancia.
Uno de los hombres, probablemente de unos cincuenta años, tenía un aspecto elegante. Su cabello, peinado cuidadosamente hacia atrás, revelaba su atención al detalle.
Llevaba un traje y cada uno de sus movimientos parecía cuidadosamente calculado, lo que le daba un aire de profundidad oculta.
Se encontraba en medio del grupo y alguien a su lado le susurró algo al oído.
Entonces, sus ojos fríos e imperturbables se posaron en Nate. Este bajó rápidamente la mirada, ocultando sus pensamientos.
Hizo un gesto a los demás para que se apartaran.
—Me pregunto qué día tan especial es hoy —dijo el joven que estaba detrás de él, con voz cargada de significado.
Sus ojos se posaron brevemente en Nate y luego se fijaron en Corrine.
Su mirada era oscura y amenazante, como la de un depredador que evalúa a su presa, dejando una sensación incómoda e inquietante. Corrine frunció el ceño casi imperceptiblemente y dio la espalda a los desconocidos sin decir palabra.
En ese momento, el hombre de mediana edad, Bryant Hopkins, se acercó a Nate y le hizo un pequeño gesto de respeto con la cabeza. —Nate —dijo.
Nate se mantuvo erguido, con una mano en el bolsillo y el rostro sereno, y le devolvió un saludo casual con la cabeza.
Aunque Nate se mantuvo frío y distante, Bryant no mostró signos de frustración. Se mantuvo educado y respetuoso.
Oficialmente, Bryant era tío de Nate, pero en la familia Hopkins, el rango se basaba en el poder, no en la edad.
La familia Hopkins siempre había valorado la autoridad por encima de todo.
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