El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1023
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Capítulo 1023:
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«¿Y qué más?», preguntó Nate, con voz suave pero insistente.
Corrine arqueó una ceja y esbozó una sonrisa pícara. «Aparte de su aspecto, el resto es solo una reconstrucción. Apuesto a que no podrás localizar al propietario».
Presley entrecerró los ojos y un destello de desdén cruzó su rostro. —Señorita Holland, quizá no se dé cuenta, pero incluso los coches fabricados a medida dejan rastro. El chasis, el motor… todos tienen sus propios códigos únicos. Si los seguimos, podemos descubrir algo.
—¿De verdad? —La voz de Corrine era aguda y su sonrisa cortaba el aire como una navaja.
Su sonrisa no era amenazante, pero tenía un filo afilado.
Presley sintió un nudo en la garganta y las palabras se le atragantaron en el pecho.
En ese momento, sonó el teléfono de Presley.
Sin pensarlo, respondió con un tono de irritación en la voz. —Hable.
Era un guardaespaldas que se había quedado atrás para ocuparse de las consecuencias del incidente.
El breve informe que siguió dejó a Presley paralizado, apretando con fuerza el volante mientras pisaba el freno, deteniendo el coche bruscamente.
Los ojos de Presley se abrieron de par en par, llenos de incredulidad, mientras se volvía para mirar a Corrine.
Cuando terminó la llamada, recuperó lentamente la compostura, con la mirada fija en Corrine y la voz tensa e insegura. —¿Podría ser… que tú seas la mente maestra detrás de todo esto?
Antes de que pudiera terminar, Saul, sentado a su lado, le dio un fuerte golpe en la nuca. —¿Qué tonterías estás diciendo?
¿Presley estaba intentando que lo mataran? ¡Acusar a Corrine delante de Nate! ¿Tenía ganas de morir?
Presley, al darse cuenta demasiado tarde de lo que acababa de soltar, sintió una gran incomodidad y se quedó sin palabras.
Presley apretó los labios y preguntó: —Señorita Holland, si no le importa que se lo pregunte, ¿cómo lo averiguó?
Antes, su subordinado había llamado para decirle que los códigos de los marcos y los motores habían sido manipulados, lo que hacía imposible rastrear nada. Si Corrine no estaba detrás de esto, ¿cómo había conseguido predecirlo?
A Corrine no pareció importarle la audacia anterior de Presley. Respondió con calma: «Supongo que fue solo una suposición afortunada».
Presley se quedó en silencio. Respiró hondo, se tranquilizó y cambió de estrategia. Su tono se suavizó, mostrando respeto. «¿Cuál crees que era su objetivo al hacer esto?».
Era obvio que iban tras Nate. Aun así, Presley no entendía por qué habían llegado a tales extremos.
Reensamblar un coche no era fácil. Y aún más complicado si se le añadía un sistema de conducción autónoma.
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