El Dolor de un Amor Perdido: Mentiras y despedidas - Capítulo 86
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Capítulo 86:
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Por un momento, considero usar un hechizo o maquillaje para ocultar la marca.
Pero no. No voy a ocultarlo.
Al contrario, quiero que todos vean cómo el tan venerado rey de Veridiana ha tratado a su reina.
Que vean la prueba de su debilidad. Que vean hasta dónde ha caído, para ser un humano.
Esta marca será mi arma. Mi escudo.
La prueba visible de su traición.
«¡Maldita sea!
Aprieto los puños a los lados, clavándome las uñas en las palmas.
Todo mi plan para matar a Aria se ha desmoronado.
El odio dentro de mí crece con cada segundo que pasa.
Estuve tan cerca.
Tan cerca de eliminarla.
Respiro hondo y me paso una mano por el pelo, tratando de calmar mis pensamientos acelerados.
La imagen de Aria, frágil y vulnerable en esa cama de hospital, me da una satisfacción momentánea.
Al menos esa vieja hechicera hizo algo bien.
Si el Ichor Nocturno está actuando en su organismo, no durará mucho.
Camino de un lado a otro de la habitación, mis pies descalzos silenciosos sobre el suelo frío, pero mi mente es una tormenta de estrategias y venganza.
El francotirador que contraté debería haber hecho su parte. Se suponía que también debía encargarse de la vieja hechicera.
No puede haber testigos. Ni rastro. Ni conexión conmigo.
Cuando llegue el momento, él también tendrá que morir.
Hay que eliminar todas las piezas. Borrar todo rastro.
Cuando Caelum mencionó el antídoto, supe al instante que había ido a las bóvedas.
Y que había descubierto que faltaba el frasco.
Lo saqué hace mucho tiempo y lo escondí en mi santuario, bajo el castillo, en las profundidades de las mazmorras.
Ese frasco es la clave del futuro.
Pero también es la pieza final de mi plan para deshacerme de Aria para siempre.
Los cuatro días que pedí nunca fueron reales. Eran una táctica. Un retraso.
Necesito tiempo para pensar. Para atacar de nuevo antes de que Caelum descubra el engaño.
Me dio dos días.
Pero para entonces, Aria estará muerta…
Ahogada por dentro por el veneno que le inyecté en las venas.
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