El camino a reparar tu corazón - Capítulo 985
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 985:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Aparentemente inconsciente de su reacción, Sabrina se volvió más audaz.
Tyrone contuvo la respiración, esforzándose por permanecer quieto. Bajo la manta, sus manos apretaron con fuerza las sábanas, luchando contra la necesidad de detenerla.
Entonces, sus dedos comenzaron a deslizarse hacia abajo, llegando lentamente al borde de su cinturón.
Todo el cuerpo de Tyrone se puso rígido, sus músculos se tensaron en respuesta. Si ella seguía adelante, se daría cuenta de su erección y se daría cuenta de que no estaba dormido.
Sin embargo, sus dedos se detuvieron en su cintura.
Tyrone dejó escapar un leve suspiro de alivio, pero al mismo tiempo sintió una extraña punzada de decepción.
Antes de que pudiera procesarlo, su corazón dio un vuelco. Su mano se movió de nuevo. Esta vez, estaba desabrochándole el cinturón.
¿Qué estaba haciendo?
Una mezcla de nerviosismo y excitación lo invadió.
«No puedes estar cómodo durmiendo con el cinturón puesto», murmuró ella, quitándoselo.
Mientras lo hacía, sus dedos rozaron «accidentalmente» su punto sensible.
Tyrone contuvo el aliento. Por un momento, casi gimió, pero lo contuvo.
«Iba a ayudarte a quitarte los pantalones, pero pesas demasiado para moverme. Duerme así», dijo Sabrina, sonando un poco frustrada.
Luego, volvió a colocar su mano suavemente sobre su abdomen. Su toque fue suave mientras murmuraba: «Qué calor».
Tyrone permaneció en silencio, sin emitir ningún sonido.
La mano de Sabrina se deslizó por sus abdominales, bajando con deliberada lentitud.
Tyrone contuvo la respiración, con una creciente anticipación.
Sus manos se deslizaron por su cintura y llegaron al borde de sus abdominales, pero se detuvieron allí.
Con el ceño fruncido, Tyrone agarró firmemente su mano y la apartó. Al mismo tiempo, abrió los ojos y la miró directamente.
Sabrina parpadeó con fingida sorpresa.
“Ah, ¿así que no estás dormido? “preguntó con una sonrisa burlona.
“Lo sabías todo el tiempo, ¿verdad? “La voz de Tyrone era áspera y tensa.
¿Por qué otra razón le habría puesto una toalla fría y luego habría intentado excitarlo?
«¿Por qué fingías estar inconsciente?», se rió Sabrina en voz baja.
«No te habrás dado cuenta de lo pesada que era tu respiración antes».
Tyrone entrecerró los ojos y exhaló profundamente.