El camino a reparar tu corazón - Capítulo 975
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Capítulo 975:
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Después de hacer su pedido, los tres esperaron a que llegaran sus platos.
Mason se movía, con sus curiosos ojos vagando por ahí, encantado y mucho más a gusto.
En ese momento, una joven de la mesa de al lado entabló conversación.
«¿A qué guardería va tu hijo? ¡Habla muy bien el dracywnés!».
Sabrina miró y vio a un niño, de unos cinco o seis años, sentado junto a la mujer, que miraba a Mason con curiosidad.
Sabrina sonrió y respondió: «Estaba en Filadelfia antes y acaba de volver. Todavía no entiende mucho nuestro idioma y no ha empezado el colegio».
La mujer asintió, comprendiendo, y luego se volvió hacia su hijo.
«Andy, ve a saludar al niño en dracynés.
No habla nuestro idioma».
El niño, Andy, sonrió y dijo en dracynés fluido: «Hola, soy Andy. Me encantan las donas. ¿A ti?».
A Mason le resultó mucho más fácil hablar con alguien de su edad.
«Soy Mason. Me gusta la leche».
Mike había mencionado que la leche podía ayudarte a crecer más alto, así que su madre se aseguraba de que bebiera leche todos los días. Antes de conocer a Blayze, Mason nunca había probado la leche hasta que llegó a este país, y le encantó al instante.
Sabrina no pudo evitar preguntar: «¿A qué
guardería va Andy? ¿Es bilingüe?».
La joven asintió y respondió: «Sí, es el jardín de infancia internacional Adigon. Enseñan en dos idiomas y los profesores son excelentes enseñando galés. Andy ya puede hablarlo en las conversaciones cotidianas».
Sabrina lo pensó un momento.
Para Mason, estar encerrado en casa durante largos períodos de tiempo no era lo ideal a su edad.
Ir al jardín de infancia y pasar tiempo con otros niños haría maravillas para su desarrollo. Un jardín de infancia bilingüe le parecía perfecto. Aunque todavía no hablaba el idioma nacional, podía hablar con los profesores y amigos en inglés mientras aprendía el nuevo idioma poco a poco.
Sabrina decidió que le plantearía a Blayze la idea de matricular a Mason en un jardín de infancia así cuando ella y Mason regresaran.
Andy estaba emocionado de charlar con Mason, y para él, esta era la primera vez que conocía a otro niño con el que realmente podía hablar. La cara de Mason se iluminó con una sonrisa y respondió con entusiasmo a todas las preguntas. Los dos se llevaron muy bien, creando un momento cálido y alegre.
Verlos jugar y reír juntos tranquilizó a Sabrina.
Después del almuerzo, la madre de Andy, Natasha, se dirigió a Sabrina y le preguntó sobre sus planes. Natasha sugirió entonces que pasaran el día explorando juntos.
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