El camino a reparar tu corazón - Capítulo 1060
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1060:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
—¿Entonces tengo un abuelo? Creía que había muerto.
Mason entendía lo que era un abuelo, pero llevaba tanto tiempo viviendo allí que nunca lo había visto ni había oído a su padre hablar de él.
Sabrina le revolvió el pelo a Mason con ternura, con una cálida sonrisa en los labios.
—Ha traído buenas noticias: tu padre volverá pronto.
Los ojos de Mason se iluminaron de emoción.
—¿De verdad? Entonces eso significa que…
—Ya no tendrás que venir conmigo a Mathias.
Mason sonrió y asintió con entusiasmo.
Violetholt era su hogar, y la idea de ir a un lugar desconocido le inquietaba.
Pero algo en el tono de Sabrina le inquietaba.
—Mamá… ¿tú vas a seguir yendo a Mathias?
Sabrina asintió suavemente.
—Sí. En cuanto vuelva tu padre, me iré.
Mason puso morros, con la mirada llena de inocente nostalgia.
—¿No te puedes quedar, mamá?
Sabrina se arrodilló a su altura y le apartó un mechón de pelo de la frente.
—Mason, no quieres ir a Mathias porque no lo conoces, ¿verdad? Violetholt es tu hogar, pero el mío está en Mathias.
Este lugar no lo siento como mi hogar».
Al notar la tristeza en los ojos de Mason, Sabrina le acarició suavemente la mejilla.
«Te visitaré a menudo. Y si alguna vez me echas de menos, puedes venir a ver a Mathias cuando quieras».
Por desgracia, las cosas no habían salido como ella había planeado.
Cuando entró en parto prematuro, la familia de Tyrone llegó demasiado tarde. Para entonces, Blayze ya se había hecho cargo de Mason y había…
Se había ocupado de todo el papeleo y había conseguido la custodia total. Y Mason había empezado a adaptarse a la vida allí.
Afortunadamente, Blayze lo cuidaba, y con el carácter tranquilo y sensible de Mason, arrancarlo de su entorno familiar le haría más mal que bien.
Mason asintió ligeramente, aunque sus hombros se encogieron un poco.
Sabrina decidió animarlo.
—¿Te acuerdas de las galletas que hacía Natasha? Yo no soy muy buena repostera, pero quizá tú puedas ayudarme. Cuando vuelva tu padre, podrás enseñarle lo bien que lo haces.
Mason no respondió de inmediato, todavía un poco enfadado. Pero una vez que empezaron a hornear, Mason se volcó en la tarea, presionando el cortador de galletas con forma de oso en la masa con creciente entusiasmo.
Mientras esperaban a que se hornearan las galletas, el teléfono de Sabrina vibró con una llamada entrante: Tyrone.
.
.
.