El ascenso de la Luna fea - Capítulo 108
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Capítulo 108:
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Le aseguraron que se les ocurriría una excusa para rescatarla de la ira de Jaris.
Lo que Marta nunca esperó fue que la prueba saliera a su favor.
No. Sabía que algo iba mal.
Jace no había mentido. Ella nunca había estado embarazada de Jaris, sino que había tenido a los niños con alguien de Oryndor. Ese resultado nunca debería haber coincidido.
«¿Qué han hecho?», les preguntó a sus padres en cuanto los encontró en la sala de estar. Su abuela acababa de bajar las escaleras.
—¿Cómo es que estás aquí? Pensaba que estarías encerrada o algo así —preguntó la anciana.
—¿Hiciste algo, abuela?
—¿Algo como qué?
—Como… manipular el resultado o algo así. ¿Encontraste la manera de llegar al médico?
«¿Qué estás diciendo? Todos estuvimos de acuerdo en que eso era imposible».
«¿Qué diablos está pasando? ¡Háblanos!», instó su padre.
Marta se pasó los dedos por el cabello mientras comenzaba a caminar por la habitación. Toda la situación la estaba volviendo loca.
«Marta…».
«El resultado fue…», gritó, deteniéndose para mirarla. «El ADN. Los niños son de Jaris».
Un pesado silencio cubrió la habitación. Todos se miraron con asombro.
«¿Qué?», murmuró su madre. «¿Cómo es eso posible?».
«No pueden ser suyos, Marta. Los compramos, ¿recuerdas? ¿O alguien manipuló los resultados?».
—Beatrix es la tía de Jaris. Sin duda querría saber si su sobrino estaba siendo engañado y, si fuera así, lo habría revelado. No nos encubriría por ningún motivo. Marta se tiró de las raíces del cabello. —Esto no está bien. Algo no está bien.
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—Espera —dijo su abuela, sentándose—. ¿Estás tratando de decir que los niños que arreglamos y compramos en un país lejano son en realidad los hijos de Jaris? ¿Cómo diablos es posible? ¿Quién es su madre, entonces?
—No lo sé, abuela. Pero esto no puede ser bueno. —Los ojos de Marta estaban muy abiertos por el pánico—. ¿Cómo terminé con los hijos de Jaris? ¿Cómo es que otra mujer está embarazada de él y… y él no sabe nada al respecto?
—Y lo que es más importante, ¿quién es la madre de los gemelos? ¿Cómo ha podido renunciar a ellos cuando pertenecían a alguien como Jaris?
—Tenemos que encontrarla. —Marta se pellizcó el puente de la nariz, frustrada—. Tenemos que entender qué está pasando. Abuela, tenemos que encontrar a la mujer que nos vendió a los gemelos.
—Llevamos cuatro días intentando encontrar a Penélope, ¿no? Todavía no hay rastro de ella.
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