El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 987
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Capítulo 987:
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Otro silencio atónito llenó la sala. Todos se quedaron inmóviles, con los ojos fijos en la puerta.
Isabel y Averi fueron las primeras en reaccionar, su sorpresa inicial se convirtió en alegría y alivio. «¡Mamá!»
Averi no perdió el tiempo. Corrió hacia la puerta, con los brazos ya tendidos hacia su madre.
Sadie estaba de pie en el umbral de la puerta, su figura silueteada por la luz del exterior. Se inclinó y abrió los brazos para coger a Averi justo cuando éste se lanzaba a abrazarla.
Sadie lo levantó y lo estrechó contra sí. Luego se dirigió lentamente hacia el centro de la habitación, con la misma calma y elegancia de siempre.
Una leve sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios, pero sus ojos estaban firmes y serenos.
No parecía en absoluto alguien que acabara de sobrevivir a un accidente mortal.
Briley se quedó clavada en el sitio, con los ojos desorbitados por la incredulidad. Prácticamente notaba cómo se le iba el color de la cara. ¿Estaba viendo un fantasma?
No… ¿Pero cómo podía ser? ¿Cómo era posible que Sadie siguiera viva?
¿No había dicho Ofelia que Sadie había muerto en el accidente de coche? ¡Mentirosa! ¡Aquella mujer le había mentido!
Sadie no se inmutó por las miradas que recibía, pero se detuvo frente a Briley.
Se tomó un breve momento para asimilar la reacción de Briley, luego sonrió y dijo en tono amable: -Mi vuelo se retrasó. ¿Cómo es que los rumores se convirtieron en que yo moría de repente en un accidente de coche?».
Sadie inclinó la cabeza hacia un lado, con los ojos aún fijos en Briley. Aunque su sonrisa se hizo más profunda, su tono se volvió gélido. «No estarás deseando mi desaparición, ¿verdad, Briley?».
La cara de Briley pasó por una serie de expresiones, desde la sorpresa a la ira, pasando por la vergüenza y, finalmente, el pavor. Abrió la boca, y su garganta trabajó, pero ninguna palabra salió.
No, ¡era imposible! Sadie estaba sana y salva.
Su pequeño discurso de antes parecía tan absurdo en retrospectiva. Se había atrevido a humillarse delante de los ancianos de la familia.
Jonás fue el primero de los ancianos en serenarse. Sus ojos, antes nublados, se iluminaron de alivio.
Era maravilloso. Sadie seguía viva. Eso significaba una estabilidad continuada para el Grupo Wall, y él y sus compañeros ancianos podrían seguir cosechando los beneficios sin preocupaciones.
Sadie era la única lo bastante capaz para dirigir la empresa.
Jonah dirigió entonces su atención a Briley, que aún se esforzaba por asimilar el inesperado giro de los acontecimientos.
Sus ojos se entrecerraron y su labio superior se curvó con desdén. ¡Qué alborotadora más inútil! Pensar que había arrastrado a todo el mundo hasta aquí en mitad de la noche para una patética demostración de poder, sólo para que todo fuera una farsa.
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