El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 965
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Capítulo 965:
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La expresión de Nathan se ensombreció de inmediato, una rabia fría y peligrosa se apoderó de él.
¡Ofelia! Aquella mujer se hundía cada día más en la locura. Pensar que tenía el descaro de atacar a Sadie en un hospital… ¡era más que imprudente! ¿Se había vuelto completamente loca?
Si algo le sucedía a Sadie dentro de Beversea, Nathan sabía que Patrick no sólo armaría un escándalo, sino que quemaría toda la ciudad. Pero algo no encajaba. A pesar de lo despiadada que era Ofelia, este tipo de cuidadosa trampa -disfrazar a una criada de enfermera, infiltrarse en un hospital- parecía demasiado calculada para ella sola. Cuanto más pensaba Nathan en ello, más seguro estaba de que Jarrett también estaba implicado. Los dos estaban prácticamente pidiendo la pena de muerte.
Nathan miró a Ivy, que se había desplomado en el suelo, temblorosa, y arrugó las cejas. Sadie la había pillado con las manos en la masa y la farsa se había hecho añicos sin remedio.
Ofelia, esa serpiente de mujer, pronto tendría que rendir cuentas. Sin embargo, al menos sobre el papel, seguía siendo la legítima esposa de Jarrett. Cualquier escándalo arrojaría una sombra de desgracia sobre toda la familia Higgins.
Nathan se encontraba en un dilema.
En ese momento, Tina salió del ascensor con un termo en la mano mientras tarareaba una alegre melodía.
Se detuvo bruscamente al ver a Nathan agarrado del brazo de una enfermera que lloraba en medio del pasillo del hospital.
Los pies de Tina se clavaron en el suelo y sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa.
¿Qué demonios estaba haciendo Nathan? Aunque su compromiso con Sadie sólo existiera sobre el papel, ¿cómo se atrevía a seguir con otra mujer tan descaradamente, nada menos que a plena luz del día y en el pasillo de un hospital público? Ese comportamiento pisoteaba la dignidad de Sadie. Aquella traición era inconcebible.
La rabia burbujeaba por las venas de Tina mientras golpeaba el termo contra una superficie cercana, con el rostro carmesí mientras se dirigía hacia la pareja.
Sin pensárselo dos veces, levantó la mano y golpeó a Nathan en la nuca. Nathan se sacudió hacia delante, aturdido por el golpe inesperado , que le hizo sentir un dolor punzante en el cráneo. ¿Quién se había atrevido a golpearle?
Se dio la vuelta, con una tormenta gestándose en su pecho, sólo para encontrarse cara a cara con la expresión ardiente de Tina.
Su furia se evaporó en un instante, dando paso a la más absoluta impotencia.
¿En qué retorcida realidad se había metido? ¿Eran todos tan feroces en el círculo de Sadie? Primero, el cara de piedra Patrick, y ahora este fuego salvaje llamado Tina.
Tina puso las manos en las caderas y señaló a Nathan con un dedo acusador.
«¡Cómo te atreves, tramposo despreciable! Sadie sólo te ha mostrado bondad. Acaba de defenderte y aquí estás, besuqueándote con otra mujer. ¿Qué clase de monstruo la trata así?».
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