El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 962
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Capítulo 962:
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Si Briley hubiera sabido que Hailey era así de incompetente, nunca habría aceptado unir fuerzas con la mujer. Al principio, Hailey sólo parecía ser una espectadora inútil que apenas hacía nada, pero ahora Hailey en realidad intentaba impedir que actuara por su cuenta. ¡Qué broma!
Sin embargo, no importaba. Briley no se dejaría intimidar. Se aseguraría de que Sadie desapareciera para siempre esta vez.
Los ojos de Briley brillaron con cruel intención mientras se desplazaba por sus contactos y llamaba a un número al que no había llamado en mucho tiempo.
«Quiero que Sadie Hudson desaparezca. Siéntase libre de decir el precio».
Su pedido fue recibido con una risa profunda y fría. «Es una petición bastante ambiciosa la suya, señorita Wall. Pero el dinero por sí solo no será suficiente cuando espera que acabe con una vida. Y lo que es más importante, ¿cómo sé que esto no acabará como la última vez que hice…?»
«¿Algo para ti? ¿Recuerdas cómo me traicionaste en el último momento?».
Briley se movió incómoda.
Ella había traicionado a este hombre en el banquete que celebraba la asociación entre las familias Wall y Burgess, todo por el bien de impresionar a Sadie y otros invitados. No esperaba que le guardara rencor por el incidente.
Briley reprimió su propia irritación y dijo: «No volverá a ocurrir. Puedes pedir la compensación que quieras. Mientras hagas el trabajo, estoy abierto a negociar».
Se oyó un murmullo de satisfacción al otro lado, seguido de una ligera risita.
«¿Compensación? Lo que quiero es bastante sencillo. He oído que últimamente te va bastante bien en el mundo del espectáculo. ¿Por qué no pasas algunas noches conmigo?».
A Briley se le revolvió el estómago al pensarlo, y fue todo lo que pudo hacer para no tener arcadas en el acto. Aquel hombre era absolutamente repugnante.
Y, sin embargo, no tenía más remedio que aguantarle si quería eliminar a Sadie para siempre.
«Trato hecho. Mientras entregues resultados, arreglaremos todo lo demás más tarde. Asegúrate de que todo esté limpio, sin líos ni cabos sueltos. Te pagaré el doble», dijo Briley con frialdad.
Una risita resonó al otro lado de la llamada. «Entendido, señorita Wall. No se mueva y espere las buenas noticias».
Al terminar la llamada, Briley se recostó en el sofá. Sentía un rastro de humedad en la espalda, pero una sensación de alivio la invadía. La idea de que Sadie por fin se metiera en verdaderos problemas le hizo esbozar una leve sonrisa.
Antes de que pudiera recobrar la compostura, llamaron a la puerta.
Leonard la abrió de un empujón. «Briley, ya está todo arreglado. ¿Volvemos hoy a Jazmah?».
Briley dudó un momento. Irse ahora podría ser la opción más inteligente. Con su mente hecha un lío y el peligro acechando, quedarse sólo le traería más problemas.
Recobrando la compostura, Briley asintió brevemente. «Sí. Vámonos».
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