El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 950
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Capítulo 950:
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La expresión de Rodger se contorsionó con desaprobación ante su desenfrenada erupción emocional. Estaba visiblemente irritado por aquella indecorosa muestra de vulnerabilidad.
«¿Qué otra paternidad podrías sugerir, además de la de Nathan?», replicó, con las sílabas agudas por la indisimulada molestia.
A través de la mirada crítica de Rodger, el estatus de Ofelia se fue deteriorando hasta convertirse en un abismo cada vez más profundo de vergüenza familiar.
Siempre había otorgado un trato preferente a Jarrett, su primogénito, mientras que consideraba a Nathan nada más que la perpetua decepción de la familia.
Sin embargo, la vida que se desarrollaba en el vientre de Sadie representaba nada menos que el glorioso destino de la familia Higgins. Una ventaja estratégica sin parangón capaz de generar recompensas inconmensurables.
Todo el panorama del poder se había transformado irrevocablemente.
Rodger descartó por completo de su conciencia la presencia de Ofelia. Giró con decisión y subió la escalera. «Debo seleccionar un regalo apropiado para Ms.
«Hudson. Algo lo bastante importante como para garantizar la salud de la madre y del niño».
En el amplio salón sólo estaban Jarrett y Ophelia, envueltos en un silencio sofocante marcado por una rabia no expresada. Ophelia permanecía inmóvil, con una frialdad glacial impregnándole hasta los tuétanos. ¿Por qué el destino había otorgado a Sadie el privilegio de dar a luz al hijo de Nathan? Sólo ella merecía estar a su lado, ¡nunca esa Sadie entrometida! Sin duda, aquella calculadora tentadora había empleado tácticas deshonrosas para ganarse su afecto.
Jarrett permaneció confinado en su silla de ruedas, con el semblante nublado por una malevolencia que reflejaba la propia tempestad interna de Ofelia.
Sadie llevaba una nueva vida en su interior. Además, Nathan había engendrado a este vástago tan importante. Si lograba dar a luz a este bebé, las entidades corporativas de Higgins Group y Wall Group se entrelazarían aún más.
Al darse cuenta de esta eventualidad, Nathan -junto con su supuesta prometida- eclipsaría por completo la influencia de Jarrett. Su ya tenue posición dentro de la jerarquía familiar se deterioraría hasta convertirse en algo completamente irrelevante.
De ninguna manera. Bajo ninguna circunstancia permitiría que se materializara un reajuste de poder tan catastrófico.
Jarrett y Ofelia se quedaron solos en el salón.
Aunque sus pensamientos no coincidían exactamente, sus objetivos sí.
Sus miradas se cruzaron por casualidad y Ophelia sintió que el corazón le daba un vuelco.
No pasó por alto la malicia que brillaba en la mirada de Jarrett.
Al igual que ella, él tampoco soportaba a Sadie, ni podía aceptar la existencia del hijo que llevaba en su vientre. Sin duda, Jarrett veía al bebé como una especie de abominación.
Los labios de Ofelia se curvaron en una sonrisa socarrona mientras se acercaba lentamente a él, con paso seguro y confiado. «¿Por qué no trabajamos juntos esta vez, Jarrett? Podemos tener una alianza mutuamente beneficiosa».
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