El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 949
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Capítulo 949:
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«Escucha con atención, Tina. Necesito que establezcas contacto con Blaine, con absoluta discreción. Infórmale de que su presencia en Beversea es urgentemente necesaria a la mayor brevedad posible.»
Existían ciertos asuntos dentro de este complejo escenario que sólo Blaine poseía las habilidades y conexiones para navegar con éxito.
Todo el cuerpo de Tina se inmovilizó momentáneamente, su intuición registró al instante la profunda seriedad subyacente a esta inesperada petición.
No se atrevió a hacer más preguntas. Asintió con seriedad. «De acuerdo, Sadie. Estoy en ello».
Giró bruscamente y se apresuró a salir de la cámara estéril, con los ojos ya escrutando en busca de un lugar aislado donde pudiera hacer esta llamada telefónica críticamente sensible sin fisgones inoportunos.
Mientras tanto, Rodger cruzó el umbral de la imponente mansión Higgins, una melodía poco habitual se escapó de sus labios mientras la satisfacción irradiaba de su semblante típicamente severo.
Sus ánimos se elevaron a cotas sin precedentes: al parecer, la fortuna había elegido este preciso momento para conceder su esquivo favor a sus ambiciosos planes.
Jarrett miró hacia arriba desde su silla de ruedas, con genuino asombro cruzando sus facciones. La demostración de alegría desenfrenada de su padre constituía un fenómeno verdaderamente inusual.
«Papá, ¿qué circunstancias extraordinarias han transformado tu comportamiento típicamente estoico en este júbilo inesperado?».
La ya amplia sonrisa de Rodger se estiró aún más al ver a su primogénito. Avanzó hacia Jarrett con enérgico propósito.
«¡Jarrett! ¡Ha ocurrido algo magnífico! La Sra. Hudson lleva en su vientre al vástago de Nathan». Su proclama resonó por toda la sala, con un júbilo indisimulado impregnando cada sílaba.
«Con este niño, nuestra alianza con el Grupo Wall queda sellada. A partir de ahora, nuestra posición dominante en la sociedad de Beversea es totalmente inexpugnable».
El semblante de Jarrett se endureció hasta convertirse en granito impenetrable. ¿Ese inútil decepcionante de Nathan había conseguido realmente dejar embarazada a Sadie?
En ese preciso momento, Ofelia apareció en lo alto de la gran escalera. Acababa de empezar a bajar cuando la estruendosa declaración de Rodger resonó en todo el amplio salón. Su cuerpo se congeló en medio del movimiento, paralizado por el shock.
¿Sadie llevaba un niño? ¿La progenie de Nathan crecía dentro de ella? Imposible, absolutamente inconcebible. Su mente se negaba a aceptar una realidad tan atroz.
La sangre se drenó precipitadamente de sus facciones, dejando tras de sí una máscara de alabastro de incredulidad mientras bajaba torpemente las escaleras, con el equilibrio comprometido por la devastación emocional.
«¡Rodger! ¿Qué absurda afirmación acabas de pronunciar? ¿Cómo es posible que Sadie tenga un hijo? ¿A quién pertenece la paternidad de este supuesto bebé?»
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