El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 896
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 896:
🍙🍙🍙🍙 🍙
«Entonces, ¿te quedarás?»
La expresión de Sadie se ensombreció. Era la misma maniobra de siempre. Sin embargo, ante su estado visiblemente frágil, le resultaba imposible marcharse.
Nathan, que hasta ahora había observado en silencio, aprovechó la oportunidad para intervenir. Se levantó de un salto, sonriendo.
«Señorita Hudson, ya que está aquí, ¿por qué no se queda? Hay algunas cosas de mi empresa que quiero comentarle. Y, sinceramente, ¡sería un desperdicio dejar que toda la comida que hemos pedido se quede sin comer!».
Lo último que quería era volver a quedarse a solas con Patrick; el peso de todo aquello era más de lo que podía soportar.
Con resignación, Sadie asintió. «De acuerdo».
Su mirada volvió a Noah, su voz se suavizó.
«¿Seguro que estás bien? ¿Deberíamos llevarte a un hospital?»
Noah sacudió lentamente la cabeza, pero el leve rastro de fragilidad seguía aferrado a su rostro. «Me las arreglaré».
La mesa se llenó de platos exquisitos. Nathan cogió los cubiertos, deseoso de servir a Sadie, pero una mirada severa de Noah le detuvo en seco. Nathan retiró la mano con torpeza y empezó a mordisquear su comida.
Decidió entonces que era hora de ocuparse de asuntos más urgentes.
«Señora Hudson», dijo, aclarándose la garganta con un poco de formalidad, «Jarrett se casa con Ophelia pasado mañana. ¿Alguna idea sobre su unión?»
Sadie respondió a su pregunta con una mirada pícara.
«¿Tiene dudas, Sr. Higgins? ¿Está tentado de robarse a la novia?».
Tomado por sorpresa, Nathan balbuceó, luchando por recuperar la compostura. No tenía ningún interés romántico en la prometida de Jarrett. Para él, Ofelia era totalmente inapelable; nunca la tendría en cuenta.
«Por favor, señorita Hudson, seamos serios», respondió apresuradamente, haciendo un gesto desdeñoso. «Sólo creo que con Jarrett casándose con una Johnson, sus agendas terminarán aún más estrechamente unidas. Será aún más difícil tratar con Jarrett en la empresa».
Sadie hizo una pausa para dar un sorbo a su bebida, meditando sus palabras.
«Si así están las cosas», dijo lentamente, con la voz cargada de sugerencias, «¿por qué no enviar a alguien a montar una escena en la boda? Si la ceremonia se desmorona, ¿no resolvería eso los problemas de todos?».
Nathan, sorprendido por su sugerencia, vio de repente el potencial de la idea. Luego, cuando la idea encajó, sus ojos se iluminaron de emoción. ¿Realmente Sadie estaba sugiriendo que debían enviar a alguien para sembrar el caos en todo el evento y romper la alianza?
Un genio.
Al darse cuenta de que había captado su idea, Sadie sonrió con aprobación. Tal vez no era tan tonto como ella había supuesto.
.
.
.