El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 831
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Capítulo 831:
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¡No podía dejar que se fuera!
No podía pudrirse aquí. No por más tiempo.
Tres años dentro de estas paredes ya habían erosionado su cordura.
«¡Espera! ¡Por favor!», gritó, golpeando el tabique con la palma de la mano con tanta fuerza que el cristal tembló.
«Hablaré. Te lo contaré todo. Haga que sea soportable, por favor. Sr. Wall… por el bien de Kyla. Por nuestra amistad. No estoy pidiendo libertad, sólo un poco de alivio».
Noah se detuvo.
Luego, lentamente, giró y regresó al asiento con calma mesurada, con la mirada inmóvil como el hielo.
Vivi exhaló temblorosamente.
Por el momento, parecía que había tomado la decisión correcta.
Controló la respiración y comenzó a hablar en voz baja, con una emoción fingida.
«La verdad es que… por aquel entonces, Kyla y tú estabais profundamente enamorados. Todo el mundo lo sabía: estabais a punto de comprometeros».
Hizo una pausa, observando la cara de Noah en busca de cualquier signo de reacción.
«Pero Sadie no podía soportarlo. Odiaba a Kyla por tener tu corazón. Por envidia, empezó a conspirar a tus espaldas. Lo tergiversó todo, destruyó vuestra relación y, cuando Kyla intentó defenderse, Sadie la envió a Boxing Street, en Wheosla. Conoces ese lugar, infestado de delincuentes y sin ley. Envió a Kyla allí a sufrir. Sola. Sin nada».
Vivi se llevó una mano temblorosa al pecho.
«Kyla era suave… amable. Nunca tuvo ninguna oportunidad contra alguien como Sadie».
Las comisuras de los ojos de Vivi se enrojecieron, haciéndola parecer genuinamente agraviada mientras decía,
«No podía dejarlo pasar, así que pensé en vengar a Kyla. Por eso planeé aquel accidente de coche. Lo único que quería era librarme de esa desgraciada, Sadie. Nunca esperé que arriesgara su propia vida para salvarla, señor Wall».
Se atragantó con un sollozo y, por un momento, pareció incapaz de continuar.
«Eso es más o menos lo que pasó».
Vivi levantó entonces la cabeza, con expresión lastimera.
«Por supuesto, sólo Kyla conoce todos los detalles. Si quieres saber más, deberías plantearte traer a Kyla de ese lugar».
Hablaba con tal convicción que cualquier persona normal creería que sus palabras eran ciertas.
Noah, sin embargo, frunció más el ceño.
La historia de Vivi era bastante plausible, pero no podía quitarse de encima la persistente sensación de que había algo raro en todo aquello.
Su aversión inmediata e inexplicable hacia la tal Kyla era evidente. Ni que decir tiene que no era el tipo de emoción que uno debería albergar hacia su amada.
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