El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 783
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 783:
🍙🍙🍙🍙 🍙
Levantó los ojos hacia el hombre que tenía enfrente, buscando alguna señal en su comportamiento.
Pero el rostro de Noah era tan ilegible como siempre, sin traicionar ningún indicio de irregularidad.
Reprimiendo su confusión, Sadie permaneció en silencio.
Quizá le estaba dando demasiada importancia.
Después de todo, sus asuntos personales no eran asunto suyo.
Noah cogió los cubiertos y le puso en el plato un trozo de suculenta carne asada.
«Prueba esto», sugirió en un tono uniforme. «Es del Nirvana, el plato estrella. El sabor es excepcional».
Los ojos de Sadie se entrecerraron ligeramente.
¿Nirvana? Ese era su restaurante favorito, y la carne asada era su elección constante allí.
Dejó los cubiertos y lo miró directamente, con voz firme.
«Sr. Noel, ¿a usted también le gusta la cocina del Nirvana?
Los labios de Noah esbozaron una leve sonrisa, una curva casi imperceptible con un toque de calidez.
La miró a los ojos, con voz suave y pausada.
«A mi mujer le gusta».
¿A su mujer? El título golpeó a Sadie como un trueno. ¿Se refería a ella o a Hailey? ¿Era posible que aún recordara que a ella, su mujer, le gustaba la cocina del Nirvana?
Abrumada por una oleada de sorpresa y confusión, se vio incapaz de pensar con claridad.
Se levantó bruscamente y el movimiento volcó su silla. Sin mirarla, cogió su bolso a toda prisa.
«Acabo de recordar algo urgente».
Le temblaba la voz. Evitó la mirada de Noah.
«No voy a molestar más. Gracias por la comida».
Se dio la vuelta y salió a toda prisa del comedor.
Noah frunció ligeramente las cejas. Su reacción fue… extraña.
Sus ojos se posaron en el plato de carne asada que había sobre la mesa.
Se llevó un trozo a la boca.
La carne era tierna y sabrosa, rica pero no excesivamente grasa. Realmente era un plato excelente.
Recordaba claramente que su mujer le había confesado una vez su amor por este plato del Nirvana.
Precisamente por eso había pedido que lo prepararan hoy.
.
.
.