El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 770
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Capítulo 770:
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«Según lo acordado, señor Noel, transferiré el 30% de las acciones del Grupo Wall y le concederé los derechos preferentes de cooperación para el próximo año. Mañana enviaré el contrato formal a su despacho».
Estaba trazando la línea: tinta, firma y silencio.
Noah no dijo nada. Detrás de la máscara, su expresión era ilegible.
Pero en su interior, algo se enroscaba con fuerza en su pecho, sin decir, sin resolver.
Hailey, ajena -o tal vez deliberadamente ignorante- de la tensión latente entre Sadie y Noah, dejó que sus ojos bailaran entre ellos antes de esbozar una elegante sonrisa.
«Gracias, señora Hudson», dijo cálidamente, aceptando en nombre de Noah, perfectamente contenta de fingir que no había nada bajo la superficie.
El aire entre los tres, sin embargo, contaba una historia diferente. Nadie más se dio cuenta. Pero entre ellos, el silencio era estrepitoso.
Al otro lado del salón de baile, un hombre vestido con un traje negro se movía despreocupadamente entre la multitud, con una copa de vino en la mano, mezclándose como cualquier otro invitado.
Pero sus ojos eran penetrantes y estaban llenos de algo venenoso. Su mirada se posó en Sadie.
Se acercó en silencio, paso a paso, como una sombra que se desliza a través de la luz. A su lado, la mano le colgaba suelta, la copa de vino como un simple accesorio. Bajo la manga, un tenue destello metálico captó la luz: una hoja oculta, lista.
Estaba a sólo unos pasos.
Entonces, su expresión se torció.
La copa se le resbaló de la mano y se hizo añicos con un fuerte estruendo que provocó un grito ahogado y luego el caos. Con un movimiento fluido, se metió la mano en la manga y sacó una daga, cuyo acero brilló mientras volaba hacia Sadie, dirigida con saña hacia su corazón.
El ataque fue repentino, violento y totalmente inesperado. Los jadeos resonaron en el salón de baile mientras el pánico cundía entre la multitud.
Noah reaccionó al instante, antes de pensar, antes de razonar.
Su cuerpo se movió por puro instinto. Se lanzó hacia Sadie, con la intención de apartarla de su camino.
Pero en esa fracción de segundo, Hailey gritó y se abalanzó sobre él, aferrándose con fuerza a su brazo en un simulacro de pánico, inmovilizándolo.
«¡Ah! ¡Patrick! Tengo miedo!»
Las acciones de Hailey impidieron perfectamente que Noah interviniera.
En el momento crucial, Noah llegó demasiado tarde, y la brillante daga quedó a centímetros de la piel de Sadie.
De repente, una pequeña figura corrió desde el banquillo.
Era Briley.
Se había disfrazado con un uniforme de camarera y había estado observando desde las sombras.
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