El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 745
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Capítulo 745:
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Otro anciano se unió, su remordimiento palpable mientras se agarraba el pecho. «¡Sí! ¡Coyle te tendió una trampa! Incluso el escándalo con Patrick fue orquestado por él por celos. Era incapaz de soportar tu éxito».
Todos hablaban con fervor, echándole toda la culpa a Coyle, que ya había sufrido mucho. Su indiferencia pasada, e incluso su contribución a las penurias de Sadie, parecían olvidadas en su desesperación actual.
A medida que se angustiaban más, algunos incluso parecían dispuestos a arrodillarse.
«¡Sadie, te lo imploramos! Por el bien de Averi, y en memoria de Nigel, ¡por favor vuelve! Te pedimos profundas disculpas».
Sadie observó el desarrollo del drama con una sonrisa disimulada. El acto estaba casi completo, su estrategia a punto de fructificar.
Permaneció en silencio durante un largo rato, su expresión reflejaba una lucha con la decisión.
Finalmente, suspiró suavemente. «Ya que insistís, pensaré en volver».
Al oír sus palabras, los ancianos exhalaron al unísono, sintiendo alivio y una sonrisa en sus rostros.
«¡Es maravilloso!»
«¡Tu amabilidad es realmente encomiable!»
«¡El Grupo Wall está salvado!»
Soren sacó rápidamente un documento de su maletín y se lo presentó a Sadie con una sonrisa triunfal. «Sadie, estas son todas las acciones que Coyle tuvo una vez. Por fin vuelven a estar en manos de quien pertenecen: las tuyas».
Sadie hojeó el documento y sus ojos se abrieron ligeramente. No se trataba sólo de las acciones que había entregado para que Coyle bajara la guardia, sino que abarcaba todas y cada una de las acciones que Coyle y su familia poseían originalmente. La formulación era explícita, innegable. Coyle había perdido el control esta vez.
No sólo había perdido su puesto de presidente, sino que las acciones a las que se había aferrado desesperadamente habían desaparecido por completo. A partir de ahora no supondría ninguna amenaza.
Sadie cerró el documento suavemente, con una sutil sonrisa de satisfacción en los labios. Era precisamente lo que esperaba.
Una sensación de alivio se extendió visiblemente por los rostros de los ancianos cuando ella aceptó los papeles.
«Sadie». Soren hizo una pausa, eligiendo cuidadosamente sus palabras. «La empresa atraviesa un momento difícil, así que…».
La frase quedó en el aire, pero todos sabían lo que implicaba. Esperaban que Sadie regresara rápidamente para devolver la estabilidad a Wall Group.
Sadie asintió con decisión. «Comprendo. Estaré allí mañana a primera hora».
Ante su seguridad, la tensión entre los ancianos se disolvió por completo, sustituida por una compostura digna. Puestos en pie, se despidieron afectuosamente antes de alejarse a toda prisa, sin duda deseosos de comunicar las tranquilizadoras noticias a quienes las esperaban ansiosos.
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