El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 716
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Capítulo 716:
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—Noah, ¿adónde vas? —preguntó ella, manteniendo la voz suave, tratando de ocultar su confusión.
«Descansa en casa». El tono de Noah era distante, desinteresado. Sin esperar respuesta, se dio la vuelta y se marchó. Hailey sintió una inquietud en el pecho. Últimamente, Noah se mostraba cada vez más distante. ¿Estaba empezando a sospechar algo? La idea la hizo estremecerse, pero se obligó a mantener la compostura.
«Ten cuidado en la carretera».
Noah no respondió y se metió en el coche. El elegante Maybach se alejó de la villa, dejándola de pie en la entrada, con el rostro ensombrecido. Cuando el vehículo se alejó, se dio la vuelta y entró en la casa.
Mientras tanto, Noah se sentó en el asiento trasero del coche, con los ojos cerrados. La cara de Hailey permanecía en su mente. Su delicado maquillaje, su sonrisa ensayada… Era la misma de siempre. Y, sin embargo, no sentía nada.
«¿Por qué?
Su voz rompió el silencio. —A Wall Manor.
El conductor asintió y, mientras el coche cambiaba de rumbo, Noah sacó una máscara plateada y se la puso sin decir nada.
Cuando llegó a la gran finca, su aguda mirada se posó en una figura familiar: Alex. Antes de regresar al país, Noah había investigado a fondo. La familia Howe ocupaba el segundo lugar en poder después de los Wall, y se rumoreaba que Alex nunca se había casado, esperando todos estos años a Sadie.
Los ojos de Alex se encontraron con los de Noah, con una expresión indescifrable.
Un momento después, apareció el mayordomo de la mansión. Al reconocerlos, se adelantó y se dirigió a ellos con deferencia y cortesía. —Señor Noel, señor Howe, pasen, por favor.
Noah y Alex intercambiaron una mirada antes de entrar en silencio en la finca, uno tras otro.
Sadie estaba sentada en el jardín, cuidando las flores desde su silla de ruedas. La cálida luz del sol la bañaba con un suave resplandor, creando una escena casi serena. Al oír los pasos, levantó la cabeza y su expresión vaciló ligeramente al ver a Noah. El recuerdo de aquella noche en el apartamento resurgió, haciéndola sentir incómoda por un momento.
Alex se acercó inmediatamente, con evidente preocupación en su tono. —Sadie, ¿cómo te encuentras? —Sus ojos reflejaban su inquietud.
Sadie esbozó una leve sonrisa. —Estoy bien. Solo son heridas leves, nada que unos días de descanso no puedan curar.
Ver a Alex preocupado por Sadie provocó una irritación inexplicable en Noah, una punzada de celos que le atravesó el corazón. No entendía por qué le inquietaba ver a Alex cuidar de Sadie. De repente, perdió la paciencia. Sin previo aviso, agarró las asas de la silla de ruedas de Sadie y la empujó hacia delante, con voz cortante. —Señorita Hudson, tenemos asuntos importantes que discutir. El señor Howe debería marcharse.
La autoridad en su tono no dejaba lugar a discusiones.
Sadie parpadeó sorprendida, tomada por sorpresa por su comportamiento abrupto. Sin embargo, no se resistió y dejó que él la alejara.
Detrás de ellos, la expresión de Alex se ensombreció.
Había oído hablar de este Patrick, pero apenas habían pasado dos semanas desde su llegada a la ciudad, ¿cómo había conseguido ya acercarse tanto a Sadie?
Y lo que era más importante, ¿por qué Patrick le resultaba extrañamente familiar?
Alex frunció el ceño y una tensión silenciosa se apoderó de él como un hilo que se tensaba. Una extraña y creciente inquietud se agitó en su pecho, y no podía quitársela de encima.
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