El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 715
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Capítulo 715:
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La voz de Sutton era un gruñido venenoso. —¡Miserable! Noah está vivo y te has atrevido a mentirme. Por tu culpa, he acabado así. ¡Pagarás por lo que me ha hecho!
Hailey negó con la cabeza desesperadamente, presa del pánico.
Finalmente la soltó y ella jadeó cuando le arrancaron la tela de la boca. Se atragantó y tosió, luchando por llenar sus pulmones de aire.
—¡No sé de qué estás hablando! —jadeó con voz débil y temblorosa.
Sutton permaneció en silencio y lanzó una mirada afilada a los subordinados que tenía detrás. Estos entendieron la señal al instante y se pusieron en acción. Sus movimientos eran duros y agresivos, sin dejar lugar a dudas sobre sus intenciones. El objetivo de Sutton era claro: quería humillar y atormentar a Hailey delante de todos.
Con gran interés, colocó una cámara a un lado y ajustó cuidadosamente el ángulo. Solo entonces Hailey comprendió realmente lo que estaba planeando, y una ola de miedo abrumador la invadió.
—No, Sutton, por favor, no lo hagas. Cometí un error, lo admito. Haré lo que me pidas, lo juro. Podemos volver a trabajar juntos. Incluso te ayudaré a lidiar con Noah.
Su voz temblaba mientras balbuceaba desesperadamente, diciendo cualquier cosa que pudiera hacer cambiar de opinión a Sutton. Estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para escapar de esa pesadilla.
Sutton negó con la cabeza, con una expresión desprovista de calidez.
—¿De verdad crees que volvería a confiar en ti, Hailey? Me has engañado una y otra vez, tratándome como a un tonto. Últimamente has estado fuera de control, es hora de que aprendas una lección.
Sin decir nada más, hizo una señal a sus hombres para que continuaran.
Las dos horas siguientes estuvieron llenas de los gritos angustiados de Hailey y las risas despiadadas de los que la rodeaban. A medida que pasaba el tiempo, su voz se fue debilitando hasta convertirse en un susurro ronco. Finalmente, dejó de luchar por completo y se hundió en la desesperación más absoluta.
Sutton lo observó todo a través del objetivo de su cámara, con una sonrisa de satisfacción en los labios. Mientras revisaba la grabación, se burló.
—La próxima vez que te pases de la raya, me aseguraré de que te espere algo peor.
Hailey levantó la cabeza bruscamente, con los ojos ardientes de furia. Su voz, aunque tensa, estaba llena de veneno.
«¿Qué más quieres? Ya tienes algo que puedes usar contra mí, ¿qué más podrías necesitar?».
Sutton se rió, claramente divertido.
«Tranquila, estarás bien, siempre y cuando obedezcas. Sigue mis reglas y tendrás toda la riqueza que puedas desear. Me pondré en contacto contigo cuando llegue el momento. Solo sigue las instrucciones».
Con eso, se dio la vuelta y se marchó, dejando a Hailey sola en la habitación del hotel. Ella desvió lentamente la mirada hacia el espejo. Los moratones le manchaban la piel, su aspecto estaba completamente destrozado. La furia hervía bajo la superficie. Sutton, ese bastardo despreciable.
¿Por qué Noah no lo había rematado cuando tuvo la oportunidad? Dejarlo vivir había sido un grave error. Pero si nadie más se encargaba de él, lo haría ella. ¡Sutton tenía que morir!
Su expresión se endureció cuando la intención asesina se arraigó en su corazón. Rápidamente se recompuso y regresó a la villa suburbana, llegando justo cuando Noah estaba a punto de marcharse.
Cuando la vio, su expresión permaneció impasible, como si ella fuera una simple conocida.
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