El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 689
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 689:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Él asintió levemente.
—Claro.
Hailey se levantó y se dirigió al baño de mujeres, que estaba fuera del restaurante.
En ese momento, Sadie salió de uno de los cubículos, sin darse cuenta de la presencia de los demás, ni de las miradas que acechaban cerca.
Los hombres que observaban confundieron a Sadie con Hailey, dada su silueta y sus rasgos, que coincidían con los de la foto.
Sin demora, el grupo entró en acción.
El líder de los matones se abalanzó hacia adelante y rápidamente tapó la boca de Sadie con una mano.
Sus ojos se abrieron de par en par con terror mientras trataba de procesar el repentino ataque.
Un olor químico acre inundó de repente sus sentidos.
¡Oh, no! El pánico se apoderó de ella: sabía que estaba en problemas.
Sadie luchó por gritar, pero la mano que la sujetaba era demasiado fuerte y no pudo emitir ningún sonido.
En cuestión de segundos, la droga hizo efecto.
El mundo dio vueltas, su visión se oscureció y las fuerzas la abandonaron.
Quería resistirse, pero no le quedaban fuerzas.
Indefensa, la arrastraron.
Mientras tanto, Samuel esperaba fuera del baño, mirando ansiosamente su reloj.
Sadie aún no había reaparecido y su inquietud aumentaba por momentos. Sus pasos se hicieron más inquietos mientras caminaba de un lado a otro.
Según todos los indicios, no debería llevar tanto tiempo dentro. ¿Habría pasado algo?
Dividido entre la preocupación y la corrección, quería entrar a mirar, pero dudaba: al fin y al cabo, era el baño de mujeres.
Mientras estaba indeciso, una mujer salió del baño.
Samuel se acercó rápidamente a ella con educada urgencia.
—Disculpe —comenzó respetuosamente—, ¿ha visto por casualidad a una joven muy guapa dentro?
La mujer parpadeó, momentáneamente confundida.
—¿Una joven? —repitió—. No, ahora no hay nadie ahí dentro.
A Samuel se le hizo un nudo en el estómago.
—¿Está segura? —insistió, con voz más tensa—. ¿Nadie en absoluto?
Ella asintió con el ceño fruncido.
—Seguro. Yo era la única.
La alarma se encendió en su rostro y su preocupación se disparó.
No había nadie en el baño y Sadie tampoco estaba fuera.
Algo no cuadraba.
Sin perder tiempo, sacó su teléfono y marcó su número.
El tono de llamada se prolongó interminablemente, sin respuesta.
El pitido repetitivo le ponía de los nervios.
Se le encogió el corazón.
Sadie nunca ignoraría una llamada sin motivo.
A menos que… le hubiera pasado algo.
Fue entonces cuando vio a varios hombres altos vestidos con trajes negros apostados cerca de la entrada del restaurante, con actitud alerta y vigilante. Samuel los reconoció al instante. Eran los guardaespaldas del Grupo Burgess, a los que solía ver acompañando a Hailey.
.
.
.