El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 666
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 666:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La noticia alivió ligeramente los nervios tensos de Sadie.
—Bien. Gracias, Samuel.
—Ah, y una cosa más —añadió Samuel rápidamente, como si acabara de acordarse—. El Sr. Castro va a traer a un viejo amigo como sorpresa para usted.
Sadie sintió curiosidad. Su mente se llenó de preguntas, pero decidió esperar al día siguiente para obtener respuestas.
Sadie y Tina llegaron a la exposición de joyería Glory.
Rachael Howard, la organizadora, la recibió con un comentario en tono jocoso.
—¿Sadie? Pensaba que estabas demasiado ocupada para mi pequeña exposición.
Sadie sonrió, recordando el tiempo que habían pasado juntas en el concurso internacional de joyería tres años antes.
«Hoy he conseguido hacer un hueco», respondió con sinceridad.
«Solo bromeaba. Me alegro mucho de que hayas venido», dijo Rachael antes de coger a Sadie del brazo. «Te lo enseñaré todo».
Mientras caminaban, Sadie miró discretamente a Tina. Tina se dio cuenta inmediatamente y se desvió en otra dirección. El recinto de la exposición era muy amplio y, mientras Rachael la guiaba, Sadie respondía a su charla con solo la mitad de su atención. Su mirada recorría continuamente la multitud, pero no veía ni rastro del hombre que buscaba.
Justo cuando estaba a punto de darse por vencida, entró un hombre con una máscara plateada.
Su alta y imponente presencia atrajo al instante su atención.
El corazón de Sadie se aceleró y su pulso se aceleró. Se quedó mirándolo, incapaz de creer lo que veían sus ojos. A pesar de la máscara, el porte y la complexión del hombre le recordaban inquietantemente a Noah.
Habían pasado tres años. Creía que nunca volvería a verlo.
Impulsada por sus emociones, Sadie se apresuró hacia él. Nada importaba excepto confirmar si ese hombre era realmente Noah.
Extendió la mano y le agarró del brazo, con la voz temblorosa.
—¿Noah?
Él se volvió hacia ella, con expresión distante y fría, como si estuviera mirando a una desconocida.
Una leve arruga se formó en su frente, indicando su descontento por la atrevida actitud de ella.
Tina se percató de la escena y, sorprendida por un momento, se acercó rápidamente a Sadie.
Le habló en voz baja. —Es Patrick.
Rachael, observando la reacción de Sadie, se acercó con una sonrisa juguetona.
—Sadie, ¿también conoces a Patrick?
Sadie permaneció en silencio, con los ojos llenos de lágrimas.
Era Noah.
Tenía que ser él.
¡Estaba segura de que nunca confundiría a nadie con él!
Bajo su intensa mirada, Noah parecía ligeramente incómodo. Miró la mano de Sadie, que le sostenía el brazo, sin parecer importarle.
Le resultaba extraño.
Tratando de recomponerse, habló en un tono distante. —Señorita Hudson, agarrarme el brazo de forma tan abierta podría considerarse inapropiado aquí, ¿no cree?
Sus palabras solo aumentaron la sensación de déjà vu de Sadie.
Esa voz era inconfundiblemente la de Noah.
—¿Quién eres tú en realidad? —insistió ella, incapaz de contener su confusión.
.
.
.