El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 663
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 663:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Al aceptar, el rostro de Hailey se iluminó de alegría.
—¿En serio? Noah, ¡eres tan dulce!
Emocionada, Hailey salió corriendo para empezar a planear la ceremonia. ¡Estaba ansiosa por que su estatus como esposa de Noah fuera reconocido también en casa!
Noah se masajeó las sienes, sintiendo que había olvidado algo importante. ¿Una ceremonia de boda? ¿Por qué tenía la sensación de que ya había tenido una aquí?
Dos días más tarde, en el aeropuerto de Jazmah, Sadie sostenía una caja con fuerza, con aspecto agotado. Salió del pasillo VIP, con su esbelta figura envuelta en un abrigo negro, lo que la hacía parecer aún más delicada.
—Señora Hudson —Samuel se apresuró a acercarse a ella y le dijo—: Todo está preparado en Wall Manor.
Sadie asintió y acarició suavemente la caja que llevaba en los brazos.
—Noah, hemos vuelto.
Cuando se acomodó en el coche, este se alejó lentamente del aeropuerto. Sadie miró por la ventana, con los ojos vacíos y tristes. El paisaje urbano se sucedía, igual que cuando se había marchado. Pero la persona a la que había amado profundamente ya no estaba.
Cuando el coche entró en Wall Manor, Sadie se dio cuenta de que los preparativos para el funeral habían terminado. Las rosas blancas contribuían a crear un ambiente solemne.
Los ojos de Isabel se llenaron de lágrimas cuando vio la urna que llevaba Sadie. —Noah…
Sadie le dio una palmadita en la espalda con delicadeza. Aunque le ardían los ojos, luchó por contener las lágrimas. No era momento para llorar. Aún quedaba mucho por hacer.
Isabel tomó la mano de Sadie y la llevó al salón, donde estaba expuesto el retrato de Noah. En la foto, Noah tenía los ojos amables y una leve sonrisa. Se había ido para siempre.
Isabel lloró un rato antes de empezar a calmarse.
Agarró la mano de Sadie y se sentó a su lado. —Sadie, has pasado por mucho estos últimos días. Debes de estar agotada. —Su voz era ronca por la profunda preocupación.
Sadie negó con la cabeza. —Isabel, estoy bien.
—Pobrecita… —Isabel comprendía que Sadie estaba manteniendo una apariencia fuerte, pero su dolor era probablemente más profundo de lo que nadie podía imaginar—. Si necesitas llorar, déjate llorar —dijo Isabel, con expresión llena de preocupación—. No te reprimas.
Sadie volvió a negar con la cabeza. —Aún no puedo llorar. El Grupo Wall y Averi todavía me necesitan. No puedo derrumbarme.
A Isabel se le llenaron los ojos de lágrimas mientras apretaba la mano de Sadie. —Eres una niña muy fuerte.
Sadie bajó la mirada y permaneció en silencio.
El funeral estaba listo. Ella se quedó junto a la urna, sin moverse. No comió, ni bebió, ni habló. Simplemente permaneció en silencio, velando.
Isabel, preocupada por la salud de Sadie, no dejaba de insistirle que descansara. Pero Sadie se negaba, sacudiendo la cabeza.
Estaba agotada. Sin embargo, no se atrevía a descansar. Temía que descansar la hiciera derrumbarse por completo.
Finalmente, la tensión mental y física abrumó a Sadie. Se mareó y cayó al suelo. Mientras perdía el conocimiento, le pareció ver a Noah. Él seguía sonriendo dulcemente, extendiendo la mano hacia ella.
«Sadie, ven conmigo», le dijo.
Poco a poco, Sadie cerró los ojos, con una leve sonrisa de alivio en el rostro. Quizás esto era lo mejor.
.
.
.