El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 660
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Capítulo 660:
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No tardaron mucho en llegar al Rosewood Hospital.
La entrada estaba fuertemente vigilada.
Sadie y Samuel tuvieron que dar una larga explicación antes de que les permitieran entrar en el edificio.
En el interior, los pasillos estaban silenciosos y casi vacíos.
Samuel se acercó al mostrador de recepción y explicó el motivo de su visita.
Tras verificar sus identidades, la empleada los condujo hasta la puerta de una oficina.
—El doctor López los espera dentro —dijo cortésmente antes de marcharse.
Efectivamente, un médico de mediana edad con bata blanca y gafas de montura dorada los esperaba al otro lado de la puerta.
Se levantó y le tendió la mano a Sadie.
—Hola, señorita Hudson. Me llamo Ansel López. Era el médico que atendía al señor Wall aquí, en el Hospital Rosewood.
Sadie le estrechó la mano una vez.
—Encantada de conocerle, doctor López. Necesito saber dónde está Noah ahora mismo.
La expresión de Ansel era una mezcla de pesar y compasión.
—Lo siento mucho. Hicimos todo lo que pudimos, pero el Sr. Wall finalmente sufrió muerte cerebral y no pudimos reanimarlo.
El corazón de Sadie, que había estado en suspenso todo este tiempo, de repente se hundió en un oscuro abismo.
Sintió que su cuerpo se enfriaba por segundos, como si ella también hubiera muerto.
Se abalanzó sobre el escritorio y agarró a Ansel por el brazo.
—¿Dónde está? —exigió—. ¡Necesito verlo!
El médico negó con la cabeza.
—El cuerpo del Sr. Wall fue enviado a la cremación esta mañana. Podrá recoger las cenizas en una o dos horas.
¿Cremación?
¿Cenizas?
Sadie se quedó paralizada en el sitio.
Eso era imposible.
Ni siquiera había podido verlo por última vez, ni había podido despedirse.
¿Cómo podían incinerarlo sin avisarla primero?
Sadie finalmente se derrumbó.
Sus manos se levantaron para agarrar el cuello de Ansel.
—¿Cómo pueden incinerarlo sin el consentimiento de su familia? —le gritó en la cara mientras lo sacudía—. ¡Mentiroso! ¡No creo una palabra de lo que acaba de decir!
Las lágrimas corrían por su rostro, sus hombros temblaban mientras sollozaba y se ahogaba con sus propias palabras.
Ansel intentó dar un paso atrás, sorprendido por el arrebato de Sadie.
—Por favor, cálmese, señora Hudson.
—Era parte del acuerdo que se firmó al ingresar el señor Wall: su cuerpo sería incinerado inmediatamente después de su fallecimiento —dijo Ansel—. Le aseguro que todo se hizo de acuerdo con las normas del hospital.
¿Acuerdo?
Sadie empujó a Ansel a un lado y salió tambaleándose de su oficina.
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Nota de Tac-K: Tengan una linda tarde queridas personitas. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. ⸜(。˃ ᵕ ˂ )⸝♡
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