El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 517
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 517:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«¿Noah?». El corazón de Sadie dio un vuelco y una mezcla de emociones se apoderó de ella.
¿De verdad se había quedado con ella? ¿Por qué? ¿Por culpa o por… algo más? Sadie no se atrevía a pensar en ello, por miedo a sacar conclusiones erróneas.
—Doctor —comenzó Sadie, dudando unos segundos—. ¿Sería posible que no le dijera que me he despertado? Al menos, todavía no.
El médico pareció preocupado. —Lo entiendo, pero ¿por qué?
—Solo necesito tiempo para aclarar mis ideas —respondió Sadie en voz baja—. Hay cosas que tengo que resolver por mi cuenta.
—Ya veo. Supongo que está bien —dijo el médico, asintiendo con la cabeza.
Sadie exhaló un suspiro de alivio. Su mayor preocupación en ese momento era la situación de la familia Howe.
—Doctor, ¿ha sabido algo de la familia Howe? —preguntó con cautela.
—Bueno… —El médico ladeó la cabeza antes de negarla con la cabeza—. Soy médico, no alguien que esté al tanto del mundo financiero.
Sadie se sintió decepcionada por la respuesta, pero sabía que no podía culparlo. —En ese caso, ¿puedo dar de alta? Me gustaría informarme yo misma sobre las últimas noticias.
—Me temo que eso es imposible, señora —respondió el médico de inmediato—. Su estado físico actual le impide salir del hospital. Como le dije, su cerebro sufrió un traumatismo grave. Necesita reposo absoluto, o podría haber complicaciones, y podrían ser muy graves».
«Pero…», comenzó a protestar Sadie, pero el médico levantó una mano para detenerla. «No voy a cambiar de opinión», dijo con firmeza. «Tiene que permanecer en el hospital en observación hasta que su estado sea completamente estable».
«Está bien», respondió Sadie con un suspiro de resignación. No tenía más remedio que aceptar quedarse en el hospital por ahora.
Entonces se le ocurrió otra idea. —En ese caso, ¿puedo ver a alguien, doctor? Me gustaría ver a mi colega, Nanette Barton.
El médico se detuvo, considerándolo por un momento. —¿Su colega?
—Sí —asintió Sadie.
—Tendré que pedir autorización para eso. Dado su estado, no puede recibir visitas.
—Gracias de antemano, doctor —dijo Sadie en voz baja.
—De nada —respondió el médico con una sonrisa antes de darse la vuelta y salir de la habitación.
Las enfermeras lo siguieron, dejando a Sadie sola.
Se recostó en la cama y se quedó mirando al techo mientras sus pensamientos se aceleraban. No tenía ni idea de lo que había pasado mientras estaba inconsciente.
¿Cómo estaría la familia Howe? ¿Qué más había hecho Noah?
A medida que pasaban los minutos, la ansiedad de Sadie no hacía más que aumentar.
¿Cuánto tiempo tendría que esperar para saber la verdad?
Más tarde, cuando el cielo se había oscurecido, la puerta de su habitación se abrió de nuevo y entró una figura familiar.
—¡Sadie! —exclamó Nanette con los ojos llenos de lágrimas al ver a Sadie en la cama—. ¡Por fin has despertado! Estaba muy preocupada.
—Hola, Nanette —Sadie esbozó una sonrisa, sintiendo cómo las emociones se agolpaban en su pecho—. No llores. Ya estoy bien.
Nanette se apresuró a acercarse a la cama de Sadie y le tomó las manos, observándola con atención, como para asegurarse de que el personal médico no había empeorado su estado. —¡No sabes cuánto me has preocupado! —dijo Nanette con voz entrecortada por la emoción.
—Siento haberte preocupado —respondió Sadie en voz baja.
.
.
.