El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 495
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 495:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
—¡Sadie! ¡Me alegro de que estés aquí!
Nanette se apoyó en el marco de la puerta, jadeando con dificultad. Las gotas de sudor salpicaban su frente, testimonio de su prisa.
Al verla tan angustiada, Sadie se apresuró a sostenerla, con expresión de preocupación.
—¿Qué pasa, Nanette? ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué tienes tanta prisa? Mírate, estás empapada en sudor.
Nanette respiró profundamente varias veces antes de poder articular palabra. —Anoche… Kyla… me pidió que la viera…
—¿Kyla? —La expresión de Sadie se endureció—. ¿Qué quería? —Su voz se enfrió, teñida de sospecha.
Nanette logró estabilizar la respiración y susurró: —Me preguntó por algo…
—¿Qué? —insistió Sadie, con toda su atención puesta en ella.
Nanette tragó saliva con dificultad y apenas se le oyó: —Mencionó que algo había salido mal en el importante proyecto conjunto entre el Grupo Howe y el Grupo Wall… y que el Sr. Wall… culpaba al Grupo Howe…
—¿Qué? ¿Es eso cierto? —El rostro de Sadie se ensombreció y sus ojos se agrandaron con preocupación. Aunque no estaba directamente involucrada en el proyecto, era consciente de su importancia. Era una empresa enorme, crucial para ambas familias. Alex siempre era meticuloso. ¿Cómo podía haber salido mal algo así?
Y Noah no era de los que se oponían precipitadamente a la familia Howe. Debía haber secretos más profundos involucrados.
Una avalancha de pensamientos y preocupaciones abrumó a Sadie, dejándola inquieta. Respiró hondo, sacó su teléfono y marcó el número de Alex.
«Bip… bip… bip…».
El teléfono sonó una y otra vez, pero nadie respondió. Con cada tono sin respuesta, el corazón de Sadie se hundía un poco más. Una oscura premonición la envolvió, apretándole el pecho con ansiedad.
Si Alex no contestaba, probablemente significaba que había problemas.
Sadie cogió su bolso y dijo: «Nanette, echa un ojo al estudio por mí. Tengo que ir al Grupo Howe inmediatamente».
«¿Vas al Grupo Howe?», preguntó Nanette con voz preocupada. «Pero… ¿Es prudente en este momento? ¿Y si…?».
La voz de Nanette se apagó, su vacilación era evidente. Le preocupaba que Sadie pudiera verse envuelta en el conflicto cada vez más intenso entre las familias Wall y Howe.
A pesar de comprender los temores de Nanette, Sadie no podía permitirse demorarse. Alex era su amigo. No podía quedarse de brazos cruzados si él estaba en apuros.
—No pasa nada. No te preocupes, tendré cuidado —la tranquilizó Sadie, dándole una palmada reconfortante en el hombro—. El estudio está en tus manos por ahora. Llámame si pasa algo.
En cuanto terminó de hablar, Sadie se dio la vuelta y se marchó con paso rápido y decidido.
—Sadie… —Nanette tenía más cosas que decir, pero Sadie ni se molestó en mirar atrás.
Nanette solo pudo mirar con preocupación mientras la figura de Sadie desaparecía en la distancia. Sabía que Sadie tenía un fuerte sentido del deber hacia las personas que le importaban. Una vez que Sadie tomaba una decisión, no había nada que nadie pudiera hacer para cambiarla.
Howe Group.
Sadie estaba de pie en el lujoso vestíbulo, con el corazón encogido por la ansiedad mientras observaba el ajetreo de los empleados. Se dirigió directamente a la recepción.
—Hola —saludó, con tono urgente—. ¿Está el Sr. Alex Howe? Me llamo Sadie Hudson. Tengo una cita con él.
.
.
.