El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 480
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 480:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
No. Eso era imposible.
¡Vivi no se iba a tragar ese numerito!
Sadie tenía que estar fingiendo, obligándose a mantener la compostura. Tenía que estar tragándose el dolor, enterrando la devastación que sin duda la estaba consumiendo.
—Sadie, tú… —dijo Vivi con voz temblorosa.
Pero Sadie ya había pasado junto a ella.
—¿Disculpen? ¿Puede venir alguien? —La orden fue dada sin esfuerzo, pero con el peso de alguien que espera que se le obedezca—. Por favor, acompañen a nuestra invitada a la puerta.
Desde atrás, dos criadas se adelantaron y se detuvieron justo delante de Vivi, con la cabeza ligeramente inclinada, esperando. —Señorita Quinn, por aquí, por favor.
Las voces de las criadas seguían siendo impecablemente educadas, pero distantes. El rostro de Vivi oscilaba entre la palidez y la furia enrojecida. Se detuvo un momento, con los ojos ardientes de veneno, pero Sadie permaneció imperturbable.
Sin decir otra palabra, Vivi dio media vuelta y salió furiosa. Solo cuando el sonido de sus pasos se desvaneció por completo, Sadie volvió a mirar a Noah, que seguía encogido, ajeno a la tormenta silenciosa que acababa de pasar.
—¡Breck! ¿Dónde estás? —Su voz resonó en el amplio salón, teñida de fatiga y una tranquila impotencia.
Se presionó los dedos contra las sienes, masajeando el dolor sordo que se estaba formando allí. Silencio.
Sadie contuvo el aliento. Se enderezó, escudriñando el espacio tenuemente iluminado. —¿Breck? ¿Samuel? —Nada.
Una extraña y inquietante quietud se apoderó de ella. Solo entonces se dio cuenta de que solo quedaban ella y Noah, inconsciente, en la sala de estar.
Frunció el ceño y la frustración se apoderó de su expresión, por lo demás serena.
Con una inhalación mesurada, se agachó y se preparó para levantar el peso muerto de Noah. Pero, incluso inconsciente, el alto cuerpo de Noah era increíblemente pesado, como una montaña que no tenía esperanza de mover.
Sadie utilizó hasta la última gota de fuerza que le quedaba, pero apenas consiguió moverlo.
—¡Noah, despierta! —gruñó entre dientes, con la voz temblorosa por el esfuerzo físico y la exasperación.
Iba a volverla loca.
—Ugh… —Un gemido bajo y lento escapó de los labios de Noah, cuyo cuerpo se movió ligeramente, aunque sus ojos permanecieron obstinadamente cerrados.
Sadie aprovechó el momento y le sacudió los hombros con fuerza.
—¡Noah! ¿Me oyes? ¡Abre los ojos! —Su voz se agudizó, teñida de un tono desesperado que no pudo reprimir.
Pero él no se despertó. Frunció el ceño y su expresión se retorció como si estuviera sumido en un tormento invisible.
Sadie lo miró fijamente, con una mezcla de ira y exasperación. Una parte de ella quería marcharse y dejarlo allí para que se enfrentara a las consecuencias de su imprudente indulgencia.
Pero no podía. Al fin y al cabo, vivía en su casa.
Exhalando lentamente, se obligó a dejar a un lado la frustración. Necesitaba otro enfoque.
En lugar de intentar lo imposible —levantar a Noah por completo—, Sadie cambió de táctica. Pasó uno de los pesados brazos de Noah por encima de su hombro y comenzó la ardua tarea de arrastrarlo hacia adelante, centímetro a centímetro. Era agotador.
En cuestión de segundos, gotas de sudor se formaron en su frente, mojándole la línea del cabello. Sus brazos temblaban por el esfuerzo, sus músculos gritaban en señal de protesta. Todo su cuerpo se sentía como un resorte fuertemente tensado, estirado hasta el límite, a punto de romperse. Pero no podía detenerse.
.
.
.
Nota de Tac-K: Buen fin de semana queridas personitas. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /
.