El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 474
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Capítulo 474:
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—Mm —murmuró Sadie al salir del coche.
Se detuvo en la entrada, con la mirada recorriendo la estructura familiar, mientras las emociones se arremolinaban en su interior.
Sadie cruzó el umbral y entró en la casa.
Una familiar sensación de calidez la envolvió, pero no sirvió para suavizar el frío de su corazón.
El salón estaba iluminado.
Una figura en el sofá se giró lentamente al oír sus pasos.
Era Laura.
Cuando Sadie la vio, se le llenaron los ojos de lágrimas. Se acercó rápidamente a Laura, con la voz temblorosa. —Abuela…
—Sadie, has vuelto a casa —dijo Laura con voz suave.
Agarrándose a la mano de Laura, Sadie sintió el calor reconfortante, pero no pudo contener las lágrimas que ahora fluían libremente.
—Abuela, ¿por qué…? ¿Por qué estás aquí? —balbuyeó Sadie, con la voz aún temblorosa.
Laura le acarició suavemente la mano, indicándole que se calmara.
—Fue decisión del señor Wall —intervino Breck oportunamente—. El señor Wall mencionó que la señora Stewart estaba lo suficientemente bien como para salir del hospital. Quedarse en Myrtlewood Estate garantiza que reciba los cuidados adecuados.
La revelación de Breck golpeó a Sadie con fuerza, como un puñetazo en el corazón.
Noah…
¡Siempre él!
Una tormenta de emociones se desató en su interior: ira, impotencia y dolor.
Comprendía que los motivos de Noah no eran del todo benevolentes.
Era una advertencia, un duro recordatorio de que él seguía teniendo control sobre sus vulnerabilidades.
La seguridad de Laura, la seguridad de Averi… Esas eran las herramientas que Noah utilizaba para mantenerla atada.
Noah manipulaba a quienes le rodeaban como un titiritero con sus hilos, mientras Sadie se veía a sí misma como un simple peón en su elaborado juego, impotente ante su propio destino.
—Abuela, ¿cómo estás? ¿Todavía te duele? —preguntó Sadie, reprimiendo la amargura que sentía.
Observó a Laura con atención, sin querer pasar por alto ningún detalle.
—Ahora estoy bien, Sadie. De verdad —le aseguró Laura con una sonrisa amable—. Os quiero a ti y a Averi.
La mención de Averi renovó el dolor en el corazón de Sadie.
Sadie se esforzó por mantener la calma, pero su voz aún delataba un atisbo de emoción. —Averi y yo estamos bien, abuela.
—Bien. Bien.
Laura le dio una suave palmadita en la mano a Sadie para transmitirle su afecto y ánimo.
Sadie asintió y esbozó una sonrisa forzada.
Ocultó su vulnerabilidad a Laura, no quería aumentar sus preocupaciones.
Con determinación, Sadie se recompuso, con el objetivo de mostrar fortaleza.
Mientras tanto, en un lujoso salón de banquetes, el tintineo de las copas y el murmullo de las conversaciones llenaban el aire entre el susurro de los elegantes vestidos.
Noah, impecablemente vestido con un traje a medida, acaparaba la atención con su presencia autoritaria, atrayendo todas las miradas de la sala.
Sostenía una copa de vino tinto, haciéndola girar lentamente, con una expresión indescifrable.
—¡Sr. Wall, es usted una estrella en ascenso!
«Con usted al mando, el Grupo Wall alcanzará sin duda nuevas cotas».
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