El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 473
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Capítulo 473:
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La voz de Sadie se mantuvo firme, pero sus palabras tenían un tono grave. «No utilizará el borrador falso tal cual. No, encontrará otra forma de manipularlo en su beneficio».
«¿Qué quieres decir?», preguntó Nanette con urgencia, con la voz tensa. Sadie permaneció en silencio, con la mirada profunda y contemplativa, como si estuviera perdida en sus pensamientos o anticipando algo.
La ansiedad de Nanette aumentó con el prolongado silencio de Sadie. Incapaz de contenerse, estalló: —Sadie, ¿qué hacemos ahora? No podemos quedarnos aquí sentadas esperando a que llegue el desastre, ¿no?
Sadie negó lentamente con la cabeza. —No te preocupes, Nanette. Solo tenemos que introducir otro giro en nuestro plan.
—¿Otro giro? —Nanette se detuvo, perpleja—. ¿Cómo?
Una sutil sonrisa apareció en el rostro de Sadie, con los ojos brillando con picardía. —Emite un comunicado.
—¿Un comunicado? —La confusión de Nanette aumentó.
—Sí, un comunicado —afirmó Sadie con un gesto de asentimiento—. Anuncia que han robado el borrador del diseño que está haciendo nuestro estudio.
—¿Que han robado el borrador del diseño que estamos haciendo? —repitió Nanette, todavía tratando de entender—. Sadie, ¿qué estás sugiriendo?
«Solo publícalo discretamente», dijo Sadie con calma, «y recuerda, el momento es crucial». Nanette miró a Sadie, con confusión en los ojos, pero finalmente decidió confiar en ella. Asintió con la cabeza. «De acuerdo, Sadie. Me pondré a ello inmediatamente».
«Bien. Vete ya», ordenó Sadie.
Nanette se dio la vuelta y salió apresuradamente de la oficina.
Sadie la vio marcharse y su sonrisa se transformó lentamente en una expresión solemne. Al caer la noche, las luces de la ciudad brillaban como estrellas lejanas.
Fuera del estudio, un elegante coche negro estaba aparcado discretamente. El conductor esperaba junto al coche la salida de Sadie.
Sadie respiró hondo, se arregló el vestido y salió del estudio. —Buenas noches, señora Wall —dijo el conductor, apresurándose a abrirle la puerta del coche.
—Mm —murmuró Sadie en voz baja al entrar en el coche.
El coche salió del estudio y se dirigió hacia Myrtlewood Estate.
—Sra. Wall, el Sr. Wall me ha informado de que esta noche asistirá a un evento social relacionado con el trabajo y que podría llegar tarde —dijo el conductor mientras conducía.
Al oír «Sr. Wall», Sadie se tensó ligeramente, pero mantuvo una expresión neutra.
Respondió con calma: —Ya veo.
—El señor Wall se preocupa mucho por usted, señora Wall —comentó el conductor, tratando de tranquilizarla.
Sadie se sobresaltó momentáneamente por su comentario.
Una emoción compleja cruzó sus ojos antes de desaparecer con la misma rapidez.
Sadie permaneció en silencio, desviando la mirada hacia la ventana.
La noche estaba llena de luces brillantes y calles bulliciosas.
Sin embargo, Sadie no sentía ningún deseo de apreciarlo.
¿Noah estaba atento a su bienestar?
La ironía de esas palabras la dolió.
La amargura se apoderó de su corazón.
El coche entró suavemente en Myrtlewood Estate y se detuvo a la entrada de la villa.
El conductor salió y abrió la puerta a Sadie.
—Señora Wall, hemos llegado —anunció con respeto.
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