El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 469
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Capítulo 469:
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—¿Qué pasa, Sandra? ¿No puedo llamarte para charlar un rato? Fuimos compañeras de trabajo, ¿no? —La risa de Vivi era demasiado dulce, su voz rezumaba falsedad.
Sadie fue directa al grano. —¿Qué es lo que realmente quieres, Vivi?
—Ah, Sandra, siempre tan directa. —Vivi se rió, ahora con voz presumida—. Solo quería compartir una buena noticia. Hoy abre oficialmente mi estudio.
«Ya veo». La respuesta de Sadie fue plana, desinteresada. La noticia de Vivi no le importaba lo más mínimo.
«Sandra, ¿no te sorprende en absoluto?». La voz de Vivi denotaba irritación. No le gustaba la falta de reacción de Sadie.
—¿Por qué debería estarlo? —replicó Sadie, con sarcasmo palpable—. La inauguración de tu estudio, ¿qué tiene que ver conmigo?
—¿Cómo no iba a tenerlo? —El tono de Vivi se volvió agudo, deliberadamente provocador—. Sandra, eres una diseñadora de renombre internacional, y sin embargo tu estudio sigue siendo desconocido. ¿No quieres… que también brille?
Sadie captó inmediatamente la doble naturaleza de las palabras de Vivi: eran tanto una fanfarronada como un desafío.
—Vivi, no hace falta que te des un aire de superioridad ante mí —respondió Sadie con más frialdad que antes—. El éxito de tu estudio es asunto tuyo. Mi interés, o la falta del mismo, es asunto mío.
«Sandra, no seas así». La voz de Vivi se suavizó, aparentemente persuasiva. «He invitado a casi todos los diseñadores destacados a mi inauguración. Todos te esperan».
«No me interesa». Sadie la rechazó sin rodeos, con tono firme. «Vivi, seguimos caminos diferentes. Por favor, no vuelvas a ponerte en contacto conmigo».
Con eso, colgó y guardó el teléfono en el bolso.
«¡Humph!». Al otro lado, Vivi se quedó escuchando el tono de desconexión. Su expresión se ensombreció y una sonrisa burlona se dibujó en sus labios, con un destello de malicia en los ojos. «¿Crees que puedes evitar la tormenta ignorándome, Sadie? Espera y verás. El verdadero espectáculo aún no ha comenzado».
Sin saber nada de los planes de Vivi, Sadie sintió una oleada de irritación. La llamada no había hecho más que aumentar el peso que ya sentía.
El coche siguió avanzando rápidamente hacia el centro de la ciudad.
Pronto, Sadie llegó a su estudio. Se dirigió a su escritorio, se sentó y encendió el ordenador, lista para sumergirse en el trabajo. Pero nada más abrir el navegador, una serie de titulares captaron su atención.
«La diseñadora jefe de Majestic Ego, Vivi Quinn, inaugura su primer estudio nacional con gran éxito».
«La ceremonia de inauguración del estudio de Vivi Quinn deslumbra y reúne a la élite del sector».
«El estudio de Vivi Quinn se ve desbordado por los pedidos en su día de apertura, con un futuro prometedor por delante».
Cada titular y cada impresionante foto subrayaban el triunfo y el encanto del estudio de Vivi.
Sadie hizo clic en un artículo y lo leyó rápidamente. La foto mostraba a Vivi con un vestido impresionante, rodeada de flores y aplausos, con una expresión de confianza y alegría innegables. Se dirigía a los periodistas con aplomo y seguridad, y sus palabras rebosaban ambición.
«Mi estudio está destinado a convertirse en la principal marca de diseño de Helva, ofreciendo servicios de diseño sin igual a nuestros clientes…».
«Imagino mi estudio como un referente en el panorama del diseño nacional, marcando las tendencias en la moda…».
«Estoy segura de que pronto seremos reconocidos como una de las mejores marcas de diseño, tanto aquí como en el extranjero…».
En la sección de comentarios del artículo, la conversación era animada.
«El estudio de Vivi acaba de abrir, pero ¿dónde está Sandra?».
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