El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 439
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Capítulo 439:
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Pero, en su interior, Vivi se burló. Kyla estaba tan segura de sí misma, pensando que un vestido rojo seduciría a Noah.
—Por supuesto —respondió Kyla, ajena a la insinceridad de Vivi. Se ajustó los diamantes del vestido, con los ojos iluminados por la ambición—. Hoy es mi cumpleaños. Noah seguro que me sorprenderá.
Se acercó a la ventana que iba del suelo al techo y contempló la bulliciosa multitud que se agolpaba abajo.
—Kyla, ¿de verdad crees que Noah te pedirá matrimonio? —le preguntó Vivi, uniéndose a ella junto a la ventana.
Kyla se volvió, y una breve sombra de duda cruzó su rostro antes de recuperar su sonrisa de confianza. —Por supuesto, él me ama. Me lo pedirá, tarde o temprano. Vivi observó su fingida compostura y sonrió con sarcasmo.
Kyla estaba dando las gracias al cielo antes de tiempo, pensando que había engañado a todo el mundo.
—¿De verdad? Pero he oído que Noah ha estado muy cerca de Sadie últimamente —mencionó Vivi deliberadamente, observando la reacción de Kyla.
Como era de esperar, la expresión de Kyla se ensombreció de inmediato. Se mordió el labio con fuerza y la ira se encendió en sus ojos.
—¡Esa maldita Sadie! ¡Cómo se atreve a intentar quitarme a Noah! —La voz de Kyla se volvió estridente y apretó los puños hasta que se le pusieron blancos los nudillos.
—Cálmate, Kyla —dijo Vivi, dándole una palmadita en el hombro.
—No dejaré que gane. Me aseguraré de que se mantenga alejada de Noah —espetó Kyla.
—¿Y cómo piensas hacerlo? —preguntó Vivi, intrigada.
Kyla respiró hondo, tratando de recomponerse. Se acercó a la mesa, cogió una copa de vino tinto y se la bebió de un trago.
—Ya tengo un plan. Esta noche me aseguraré de que Noah y…». Kyla se detuvo, con los ojos ardientes de determinación. «Me quedaré embarazada de él».
Vivi la observó con una sonrisa burlona oculta tras una sonrisa cortés. Kyla creía que tener un hijo aseguraría su posición con Noah. ¡Qué ingenua!
«Buena suerte», dijo Vivi secamente, levantando su copa para chocarla con la de Kyla con un destello de ironía en la mirada.
A medida que se llenaba el salón de banquetes, el ambiente se animaba con las conversaciones y las risas de los invitados que iban llegando. Kyla, manteniendo una apariencia serena, saludaba a cada invitado con una sonrisa ensayada, aunque sus ojos no dejaban de mirar hacia la entrada, buscando a Noah.
El tiempo pasaba y, con cada minuto que transcurría, la ausencia de Noah carcomía su compostura.
«¿Por qué no ha llegado todavía?», se susurró a sí misma, con expresión preocupada.
Vivi se acercó, fingiendo preocupación. —¿Qué pasa, Kyla? Pareces inquieta.
—No es nada. Solo estoy un poco cansada —respondió Kyla, enmascarando su ansiedad con una sonrisa forzada.
En ese momento, las puertas del salón de banquetes se abrieron y entró una figura alta. El rostro de Kyla se iluminó al instante con alivio y felicidad.
«¡Noah!». Se dirigió con elegancia hacia la entrada, con el corazón latiendo con fuerza ante la llegada de Noah.
Pero la realidad la golpeó con dureza.
El recién llegado no era Noah, sino su asistente, Samuel. Vestido con elegancia, Samuel asintió con formalidad: «Feliz cumpleaños, señorita Wade». Le entregó una caja de regalo envuelta con mucho cuidado. «Esto es del señor Wall».
La sonrisa de Kyla se congeló. Mantuvo la compostura mientras cogía el regalo, aunque sus dedos temblaban ligeramente. Los susurros se extendieron entre los invitados al banquete y el ambiente, antes animado, se volvió tenso.
Muchos de los asistentes esperaban conocer a Noah con el objetivo de establecer contactos con el Grupo Wall. Su ausencia los dejó visiblemente desanimados.
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