El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 407
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Capítulo 407:
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La confusión se apoderó de ella. ¿No estaba Kyla en Slimron? Noah debería estar pasando el tiempo con ella, ¿no? ¿Por qué iba a volver?
Sadie se mordió el labio inferior, con las emociones a flor de piel.
—Ya veo —murmuró distraídamente.
Abajo, se oyó la alegre risa de Averi, acompañada por los suaves y cariñosos arrullos de Laura.
Sin embargo, el sonido no sirvió para calmar la confusión en el corazón de Sadie.
—¡Mamá! —exclamó Averi mientras se soltaba del abrazo de Laura y corría hacia Sadie.
—Buenos días, cariño —Sadie esbozó una sonrisa y le revolvió el pelo a su hijo. Después del desayuno, Sadie condujo hasta su estudio. Su mente seguía siendo un lío, incluso durante el trayecto.
Las acciones de Noah la habían dejado perdida y confundida.
¿En qué demonios estaba pensando aquel hombre?
En cuanto se sentó detrás de su escritorio, Sadie se sumergió inmediatamente en el trabajo, solo para escapar de sus pensamientos.
La luz del sol entraba a raudales por los ventanales, proyectando un cálido resplandor sobre los antiguos muebles de caoba de Wall Manor. Un sutil aroma a sándalo impregnaba el aire.
Kyla estaba sentada con elegancia en el sofá, con un traje pantalón color crema y una taza de café en la mano, mientras mantenía una agradable conversación con Isabel.
—Últimamente te ves mucho mejor, Isabel. Los tónicos te están haciendo maravillas —comentó Kyla en voz baja.
Isabel le dio una palmadita en la mano a Kyla, con los ojos llenos de afecto. —Siempre eres tan considerada. Sabes exactamente lo que me gusta. Ojalá Noah fuera tan atento como tú. He oído muchos rumores estos últimos días. ¿Cómo ha podido Noah enviarte a Slimron?
Kyla sonrió levemente, pero su mente ya estaba haciendo cálculos tortuosos. Isabel no había dicho ni una sola palabra cuando la desterraron a Slimron, y sin embargo allí estaba, con aspecto preocupado y angustiado.
—Noah está ocupado con el trabajo. Lo hace por el bien de la familia Wall, así que espero que puedas ser comprensiva con él.
—Ese chico trabaja demasiado —dijo Isabel con un suspiro—. Por cierto, estaba a punto de salir. ¿Por qué no me acompañas, Kyla?
—¿Ah, sí? —Kyla dejó la taza sobre la mesa—. ¿Adónde vas?
Isabel dudó un momento antes de responder: —Ya tienen los resultados de la prueba de paternidad de Noah y ese niño. Voy a ir a recoger el informe.
—¿Prueba de paternidad? —Kyla se quedó visiblemente desconcertada y una intensa sensación de aprensión se apoderó de ella. Aun así, mantuvo la compostura—. Aún no te has recuperado del todo, Isabel. ¿Por qué no voy yo a recogerlo?
Isabel lo pensó un momento. No veía ningún inconveniente en la oferta de Kyla; más bien, le parecía lógico. —Está bien, si estás segura de que no es mucha molestia. Ten cuidado en el hospital, Kyla. A esta hora suele haber mucha gente.
—No te preocupes, Isabel. Tendré cuidado.
Kyla le pidió la dirección a Isabel, con la mente llena de sospechas.
Antes de irse, Isabel sacó un termo de la cocina. —He hecho esta sopa para Noah. ¿Puedes pasarte por la empresa y dársela de camino?
—Por supuesto. —Kyla cogió el termo, esforzándose por mantener la sonrisa.
Isabel asintió con satisfacción y la despidió en la puerta.
En su mente, Kyla era la nuera ideal. La joven era amable, culta y muy considerada, todo lo contrario que Sadie, que carecía de refinamiento. Kyla salió de Wall Manor y se metió en el coche, y su sonrisa dio paso a una expresión sombría.
Un informe de paternidad…
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