El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1350
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1350:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Se dirigió hacia la salida con la actitud de una clienta frustrada que no había encontrado nada que valiera la pena comprar.
Los guardaespaldas se adelantaron cuando Sadie salió, pero ella pasó junto a ellos sin prestarles atención, irradiando una fría indiferencia. No se volvió en ningún momento, pero al cruzar el umbral de la tienda, sus ojos se desviaron hacia un lado por un instante.
Segundos después, desapareció entre la corriente de compradores sin mirar atrás.
Esa mirada fugaz había transmitido todo lo que no podía decir en voz alta: consuelo, adiós y el único mensaje que se atrevía a enviar. «Noah, por favor, espérame».
En el momento en que desapareció de su vista, Noah salió de detrás de una columna de mármol.
Su rostro se había vuelto de piedra, más duro que la escarcha invernal.
Había interpretado perfectamente su mirada, viendo a través de su valiente máscara el terror que se escondía debajo.
Entró en la boutique con pasos poderosos y decididos.
La dependienta se dirigió hacia él, pero se detuvo en seco, algo en su presencia le advertía que mantuviera la distancia, y cerró la boca de golpe.
Se dirigió directamente a los probadores y comenzó a abrir todas las puertas una tras otra.
En el tercer probador, descubrió lo que buscaba: la alfombra con el borde levantado que lo delataba.
De rodillas, Noah retiró la alfombra y sus delgados dedos descubrieron una pequeña nota.
La curiosidad aceleró sus manos mientras abría el papel. Una escritura apresurada y elegante se posó en sus ojos. «Mantén la calma. Emerson no tiene intención de hacerme daño. Asegúrate de mantenerte a salvo. Cuando nos veamos, te lo explicaré todo. Ahora mismo solo estoy fingiendo que me rindo ante Emerson, y él se lo cree».
Noah sintió una gran sensación de alivio. Su corazón, que latía a toda velocidad, finalmente se calmó y la esperanza volvió a él.
Para alguien que se encontraba en un peligro tan grande, la preocupación de Sadie por él era casi ridícula. Solo ella se preocuparía por él en lugar de por sí misma. Noah apretó el papel entre sus dedos y lo estrujó en la palma de la mano.
Últιмσѕ ¢αριᴛυʟσѕ en ɴσνєʟ𝒶ѕ𝟜ƒαɴ.𝓬𝓸m
Se enderezó y se volvió hacia el guardaespaldas que tenía a su lado. Su tono era firme y tranquilo. —No le quites ojo, pero no te acerques demasiado. Asegúrate de que no le pase nada.
Sadie ya se había deslizado en el asiento trasero de un coche negro.
Un pesado silencio se cernía en el aire mientras el vehículo se ponía en marcha, con los guardaespaldas sentados delante con el rostro impasible y inexpresivo.
Sadie se acomodó en el asiento. Cerró los ojos y, por una fracción de segundo, una figura cruzó sus pensamientos como una sombra que se desliza por una puerta entreabierta.
Noah parecía haber perdido algo de peso. Había una leve palidez en su piel. Aun así, seguía de pie, con la espalda recta y los hombros firmes.
.
.
.