El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1349
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1349:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Las pesadas puertas de cristal se cerraron tras ella, aislándola del mundo exterior y concediéndole un fugaz momento de alivio. El sudor frío ya le empapaba la espalda.
Cada paso, cada palabra cuidadosamente elegida, había sido como caminar por la cuerda floja, agotador.
Sin embargo, a pesar de todo, lo había conseguido.
Sadie había conseguido algo invaluable, tiempo y espacio, tanto para ella como para Noah.
En el interior, una dependienta la recibió con una sonrisa brillante y profesional. Sadie se obligó a relajarse, ocultando cualquier atisbo de emoción tras una fachada fría y ensayada.
Señaló con indiferencia algunas prendas, con voz firme y natural. —Llévelas al probador.
Lanzó otra mirada a la dependienta, con tono desenfadado. —¿Podría traerme un bolígrafo y un papel? Se me acaba de ocurrir una idea para un diseño y necesito apuntarla.
La petición parecía perfectamente normal.
Al fin y al cabo, todo el mundo en el mundo del diseño conocía a Sadie como una diseñadora con repentinos arrebatos de inspiración.
Sin preocuparse, la dependienta recogió las prendas sin preguntar y luego señaló educadamente hacia el probador. —Por aquí, señora, por favor. Sadie entró.
La puerta se cerró suavemente detrás de ella, encerrándola en el espacio reducido con el ritmo agitado de su respiración.
Se desplomó contra la puerta, con las piernas temblorosas, apenas capaz de mantenerse en pie.
Pero Sadie sabía que ahora no podía permitirse ni un segundo de debilidad.
Respiró hondo y se empujó hacia el espejo. La mujer que la miraba desde el espejo estaba pálida como un fantasma, pero sus ojos ardían con una feroz determinación.
Historias exclusivas en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒαɴ.c♡𝗺 con lo mejor del romance
El tiempo se había convertido en su enemigo.
Agarró el bolígrafo y garabateó un mensaje en el papel, sus dedos temblorosos creando letras torcidas que, de alguna manera, seguían siendo perfectamente legibles.
En cuanto terminó de escribir, dobló el papel en un pequeño cuadrado y recorrió la habitación con la mirada, buscando el escondite perfecto.
Sus ojos se posaron en la esquina del probador, donde el borde de la alfombra se había levantado ligeramente.
Se arrodilló, levantó el borde de la alfombra con manos firmes y deslizó la nota debajo antes de volver a colocar todo en su sitio hasta que no quedó ningún rastro.
Una vez hecho esto, finalmente exhaló aliviada.
Se puso el vestido que acababa de comprar en otra tienda, borró toda emoción de su rostro como si fuera una pizarra y abrió la puerta para salir.
La dependienta la esperaba, y su rostro se iluminó en cuanto la vio.
La expresión de Sadie se agrió al instante, y el disgusto y la irritación se reflejaron en sus rasgos. —Son decepcionantes —declaró, devolviendo las prendas a la dependienta con un gesto de rechazo. —Me voy.
.
.
.