El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1338
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1338:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Todo rastro de emoción desapareció del rostro de Afara, dejando solo un cálculo frío.
«El plan ha salido a la perfección. Noah ha recibido un disparo y Sadie está en el hospital». Su voz se redujo a poco más que un susurro, aunque cada palabra resonaba con claridad en su victoria. «Tengo el objeto. Según lo acordado, podemos seguir adelante con el intercambio».
Un humo denso inundaba el aire, haciendo casi imposible respirar.
Hurst salió tambaleándose de los restos en llamas, con la piel cubierta de ceniza como si fuera pintura de guerra, antes de que las piernas le fallaran y cayera al suelo en un violento ataque de tos.
Le ardía el pecho como si hubiera tragado fuego líquido.
Se incorporó con esfuerzo y se quedó mirando los restos esqueléticos de la cabaña de madera mientras la rabia y el terror luchaban por controlar sus pensamientos. Escupió maldiciones al nombre de Afara.
Afara nunca había sido un simple playboy despreocupado, sino un depredador calculador que había esperado pacientemente el momento perfecto para atacar. El bastardo había estudiado cada rincón del edificio mejor que él, que era quien vivía allí.
Cada gesto, cada cebo, había sido orquestado con precisión.
La verdad golpeó a Hurst como un mazazo: Noah estaba caminando hacia el peligro, y el mensaje no había sido más que un cebo cuidadosamente elaborado.
El pánico se apoderó de Hurst mientras se palpaba los bolsillos, y sintió un gran alivio cuando sus dedos encontraron el teléfono y la pantalla se encendió.
Sus manos temblaban mientras marcaba los números grabados en su memoria.
El teléfono sonó sin cesar hasta que alguien finalmente contestó, pero en lugar de la voz de Noah, oyó el estruendo de unos disparos y el ruido sordo de unos cuerpos al caer al suelo.
El corazón de Hurst se estrelló contra sus costillas y se le quedó atascado en la garganta. —¡Noah! ¡Es una trampa! ¡Tienes que salir de ahí ahora mismo! Afara se ha escapado y ha incendiado mi casa. ¡Ese hijo de puta no está con la Manada!
La voz de Noah sonaba firme y controlada, aunque Hurst percibió el revelador jadeo de la respiración entrecortada. —Lo sé.
Hurst se quedó en silencio, comprendiendo que Noah probablemente había olido la trampa mucho antes de caer en ella.
—La historia de que la hija de Emerson se había hecho daño era mentira. Afara nos contó esa mierda para sacarte de allí. Él…
Antes de que pudiera terminar la frase, un gemido ahogado resonó en el altavoz, el sonido de alguien luchando contra un dolor insoportable.
No te lo pierdas en ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.ç𝓸m con lo mejor del romance
Hurst sintió que el pecho se le oprimía como un tornillo de banco.
—¿Estás herido?
Se hicieron varios segundos de silencio antes de que la voz de Noah volviera a oírse, aguda y autoritaria a pesar de las circunstancias. —Busca un lugar seguro y quédate allí. Te llamaré cuando haya solucionado este lío.
La llamada se cortó bruscamente.
Paralizado, Hurst se aferró al teléfono, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. ¿Cuando se solucione todo este lío?
Noah estaba herido, acorralado por enemigos. ¿Cómo iba a arreglar él el lío?
.
.
.