El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1278
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1278:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
La voz automatizada le informó de que había llegado al buzón de voz de Tina.
¿Dónde estaba? ¿Por qué no contestaba al teléfono?
Un nudo de inquietud se le formó en el pecho.
Tina era estable y fiable. No desaparecería así sin más. No sin una razón.
Apartando las mantas, Blaine bajó las piernas por el borde de la cama y se puso de pie, cuando de repente… ¡Ding!
Su teléfono se iluminó. Un solo mensaje.
«Malcolm está en Nirvana…».
De Tina. ¿Nada más? Era demasiado breve y demasiado inquietante.
El corazón le dio un vuelco.
Frunciendo el ceño, pulsó para llamarla, pero seguía sin contestar.
Algo iba mal. Lo sentía en las entrañas.
Sin pensarlo dos veces, Blaine se dirigió hacia la puerta.
Pero justo cuando iba a coger el pomo, un guardaespaldas se interpuso en su camino.
—Señor, lo siento, pero la señorita Delgado ha dado instrucciones estrictas. Nadie debe saber que está despierto. Por favor, debería descansar…
Pero Blaine no estaba dispuesto a escuchar.
Agarró al guardia por el cuello con un puño lleno de pánico y gritó: «¿Dónde demonios está Tina?».
El guardaespaldas se estremeció ante la repentina reacción de Blaine y le tembló la voz. —Yo… yo tampoco lo sé. Solo he oído que la señorita Delgado ha salido por trabajo con unos cuantos guardaespaldas.
Blaine apretó los puños y su pulso se aceleró. Algo no cuadraba.
En ese momento, se oyeron pasos apresurados al final del pasillo.
Otro guardaespaldas se tropezó, con el rostro pálido y sudoroso. «¡Sr. Castro, malas noticias!».
Blaine se giró bruscamente. Su voz era baja y tensa. —¿Qué pasa?
El hombre luchaba por recuperar el aliento. —Es la Sra. Delgado. Se llevó a un pequeño equipo a Nirvana, dijo que tenía que comprobar algo. Nos quedamos fuera esperando. Entró sola, pero ha pasado una hora y no ha salido. Cuando hemos preguntado por allí, el personal jura que no ha estado allí. Pero nosotros la vimos entrar.
Descubre más en ɴσνєʟαѕ4ғαɴ.c𝓸m
Blaine se quedó paralizado. Las palabras le golpearon como una bofetada y su peso se hundió profundamente en él. ¿Tina había desaparecido?
No. Eso era imposible. Ella no era de las que hacían cosas imprudentes, y menos con guardaespaldas cerca.
Su mente volvió rápidamente al mensaje. Malcolm. Nirvana.
Sus ojos se oscurecieron; algo peligroso brilló en su mirada. —¿Por qué Nirvana? ¿Por qué te llevó allí?
El rostro del guardaespaldas se puso pálido mientras respondía rápidamente: «¡Fue Malcolm! La Sra. Delgado dijo que su presencia en Nirvana era sospechosa».
.
.
.