El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1250
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1250:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Afuera, el crepúsculo cubría el cielo con rayos rojo sangre.
Sadie acababa de terminar su última tarea del día y estaba a punto de recoger cuando la puerta de su oficina se abrió de golpe.
Tina entró corriendo, con el pánico reflejado en su rostro y el pelo empapado en sudor.
—¡Sadie, malas noticias! —jadeó, tratando de recuperar el aliento.
Al verla tan alterada, Sadie rápidamente sirvió agua en un vaso y se lo entregó.
—Respira. Dime qué ha pasado.
Tina lo cogió, sin importarle lo caliente que estaba, y se lo bebió de un trago antes de poder hablar con claridad.
—Los antiguos accionistas que vendieron sus participaciones en Wall Group han aparecido todos. Están abajo, exigiendo respuestas… ¡y han traído consigo a un enjambre de periodistas!
Una sacudida de sorpresa dejó a Sadie momentáneamente atónita.
El arrepentimiento parecía acechar a aquellos accionistas que en su día vendieron sus acciones sin pensarlo dos veces por su propio interés. Al ver cómo subían las acciones del Wall Group, ahora se apresuraban a causar problemas, desesperados por recuperar lo que habían perdido.
Al parecer, algunas personas nunca encontraban la satisfacción: la codicia solo exigía más.
Una sutil sonrisa se dibujó en los labios de Sadie, delatando su desdén.
Tina captó la mirada y se apresuró a completar la información. —Eso no es todo, están diciendo exactamente lo mismo, como si lo hubieran ensayado. Dicen que los intimidaste para que vendieran y así poder quedarte con todo Wall Group para ti. ¡Es repugnante!
Una ola de ira invadió a Tina y el color se le subió a las mejillas.
Sin perder la compostura, Sadie dijo: «Primero, llama a la policía. Yo bajaré a ver qué está pasando».
Con un movimiento fluido, cogió el abrigo del respaldo de la silla y se lo puso mientras se dirigía a la puerta.
Tina tardó un momento en asimilar lo que había pasado.
Una multitud de accionistas y periodistas esperaba abajo, y Sadie, sola, se adentraría en una multitud hostil.
Encuentra más en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.c♡𝓂 disponible 24/7
Ansiosa, Tina salió corriendo tras ella y detuvo al primer empleado de administración que vio. —¡Rápido, llama a la policía ahora mismo! ¡Y reúne a todos los guardias de seguridad que encuentres en la entrada principal!
No perdió ni un segundo en dar explicaciones y echó a correr hacia los ascensores. El joven, sorprendido, se quedó paralizado, sin saber qué pensar de la urgencia de Tina.
El instinto pronto se impuso. Se acercó a la ventana y miró hacia abajo, y se le encogió el corazón al ver el caos que se extendía por la entrada principal de la empresa.
Al darse cuenta de la gravedad de la situación, entró en acción.
Mientras tanto, Sadie se dirigió en el ascensor privado del director general directamente al vestíbulo. En cuanto se abrieron las puertas, fue recibida por una tormenta cegadora de flashes de cámaras, y el aire se llenó del incesante sonido de los obturadores.
.
.
.