El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1246
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Capítulo 1246:
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«No pasa nada», dijo con tono relajado. «Un mero 0,79 % no provocará ningún cambio importante. No le des más vueltas».
Maxton sintió cómo el alivio se apoderaba de su rostro y la tensión abandonaba sus hombros. Al fin y al cabo, Sadie confiaba plenamente en Tina, y cuando Tina hablaba, sus palabras tenían peso y autoridad.
Con un gesto de agradecimiento, se retiró para terminar el trabajo que le quedaba en el escritorio.
Al otro lado de la ciudad, en una acogedora cafetería situada en el distrito sur, Humphrey saboreaba con evidente satisfacción el documento que tenía ante sí.
Levantó la vista y se encontró con los ojos expectantes al otro lado de la mesa.
—Bien hecho. Tu pago llegará en cuotas cuidadosamente programadas. Sin embargo, Alex tiene sus propios planes para esta adquisición, así que he reunido todo lo que necesitarás para contrarrestar sus movimientos.
A una señal informal de Humphrey, su guardaespaldas se adelantó y colocó un expediente sobre la mesa.
Beal levantó la vista con sorpresa al abrirlo y esbozó una sonrisa. —Señor Perry, realmente brillante.
Pasaron unos treinta minutos antes de que Beal entrara en la finca de la familia Howe, con el expediente bajo el brazo.
El expediente cambió de manos y Alex hojeó la primera página: una confirmación legal de que se había asegurado el 7,9 % de las acciones del Wall Group. La satisfacción brilló en sus ojos y una sonrisa amenazó con escaparse.
Conseguir esta participación en particular marcaba el primer paso, y el más importante, en la silenciosa guerra para sacudir los cimientos del Wall Group y arrebatarle todo el poder a Noah.
Alex desvió la mirada y observó a Beal, que se encontraba ante él con una postura impecablemente formal.
—Bien hecho, Beal. ¿Te estás adaptando bien a tu nuevo cargo?
Beal inclinó la cabeza con deferencia. —Todo está en orden, señor. La transición ha sido fluida y ya me he familiarizado con todo el funcionamiento.
El agradecimiento se reflejó en el rostro de Alex, que se suavizó, mostrando su aprobación.
Sus dedos tamborileaban lentamente sobre el documento y habló con un deje de satisfacción. —Ahora que tenemos el 7,9 % de las acciones, el resto debería encajar. El camino por delante será mucho más fácil.
Irradiaba confianza, como si ya imaginara el derrumbe de la poderosa fortaleza del Wall Group y el día en que Sadie le pertenecería.
En ese momento, Egan entró, acompañando a Malcolm.
Cualquier rastro de arrogancia había desaparecido del comportamiento de Malcolm; ante Alex, adoptó un aire de sumisa obediencia.
Una rápida mirada de Alex envió un mensaje silencioso a Beal.
Beal captó la señal al instante y salió de la habitación sin decir palabra.
Justo fuera, Beal se detuvo junto a la puerta, miró a su alrededor con cautela y se inclinó, pegando la oreja a la madera, decidido a no perderse ni una sola palabra.
Para Humphrey, cada fragmento de la trama de Alex era importante.
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