El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1225
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Capítulo 1225:
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La actuación exigía una perfección absoluta.
Al día siguiente, en el corazón de la ciudad, el pulido letrero de la clínica de Lawson captaba la luz del sol matutino desde su ubicación en el segundo piso de un impresionante edificio de oficinas.
Hoy era el día de la gran inauguración de la clínica.
Sadie había organizado una campaña publicitaria exhaustiva con antelación.
La clínica recibía a los visitantes sin restricciones de acceso.
A medida que se corrió la voz por toda la ciudad, tanto personalidades destacadas como residentes curiosos acudieron al evento.
El ambiente bullía de expectación y energía.
En el tranquilo santuario de la oficina, protegida del ruido exterior, Sadie observaba en silencio mientras su hábil equipo de maquilladores transformaba a Hurst con meticulosa precisión.
La figura reflejada en el espejo, tras el completo cambio de imagen, vestía un traje gris carbón impecablemente confeccionado.
La transformación era notable: la elegante vestimenta enmascaraba su presencia habitualmente taciturna, dándole el aspecto distinguido de un profesional médico experimentado.
Sadie lo estudió durante varios segundos, sin dejar traslucir nada en su expresión. No sentía ningún afecto por Hurst; si no fuera por la situación de Noah, que la obligaba a actuar así, nunca se habría aliado con un hombre como él.
Sin embargo, las circunstancias exigían su cooperación.
El maquillador jefe dejó los pinceles, se volvió hacia ella y le habló con cortesía profesional. —Señorita Hudson, hemos terminado.
Sadie le respondió con un sutil gesto de asentimiento, manteniendo el rostro impasible mientras hacía un gesto de despedida.
Los maquilladores, visiblemente aliviados por su aprobación, se inclinaron respetuosamente antes de salir rápidamente.
Solo después de que se marcharan, Sadie se acercó.
Examinó al desconocido «Dr. Stuart Lawson» en el espejo, manteniendo su característica compostura y calma. «Una vez que lo consigamos, esta clínica y todo el equipo que hay en ella serán suyos».
Hurst se volvió hacia ella, con una sutil sonrisa en los labios. Su mirada recorrió la lujosa oficina con interés casual, y la satisfacción brilló brevemente en sus ojos.
Úʟᴛιмαѕ αᴄᴛυαʟιᴢαᴄιoɴᴇѕ ᴇɴ ɴσνєʟαѕ4ƒαɴ
La impresionante envergadura y la sofisticada instalación de la clínica superaban todo lo que había imaginado.
Reconoció que Sadie poseía una forma astuta de generosidad.
—Qué generosa es usted, señora Hudson. —Su voz tenía un tono lánguido, teñido de indiferencia fingida—.
—Sin embargo, Sra. Hudson, ¿están todas las medidas de seguridad en su sitio hoy? ¿Qué pasaría si el verdadero Stuart irrumpiera aquí y me atacara, a mí, el impostor? El Sr. Wall podría…
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