El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1180
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Capítulo 1180:
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La salida anticipada se había convertido en una necesidad absoluta. Wall Group no podía permitirse sumirse aún más en el caos sin su intervención directa.
Mientras tanto, al otro lado de la ciudad, Blaine respondió a otra llamada, esta vez de su guardaespaldas.
Aunque su voz mantenía un tono firme, un breve destello de impaciencia se dibujó en su rostro, como nubes de tormenta acumulándose en el horizonte.
—¿Algún avance por tu parte? ¿Has conseguido arreglar ese teléfono?
El teléfono destrozado de Jack podía contener pistas vitales que podrían desvelar todo el misterio, y Blaine se encontraba desesperadamente falto de tiempo.
Se produjo un silencio incómodo al otro lado de la línea antes de que el guardaespaldas reuniera el valor suficiente para dar su informe.
—Señor Castro, el teléfono sigue sin funcionar. Las piezas de repuesto son muy especializadas y difíciles de conseguir. Y… acabamos de recibir noticias inquietantes del hospital: Stan podría no sobrevivir a la noche. Los médicos dicen que está experimentando lo que ellos llaman un breve repunte antes del declive final.
Blaine apretó los dedos alrededor del teléfono hasta que se le pusieron blancos los nudillos, y el corazón se le encogió. Este giro de los acontecimientos solo podía significar problemas, y luchó por reprimir la creciente ola de pánico que amenazaba con abrumarle el pecho.
—Entendido. Voy para allá inmediatamente. Fuera cual fuera la situación real, necesitaba verla con sus propios ojos en lugar de fiarse de informes de segunda mano.
Si Stan había recuperado realmente la conciencia, aunque fuera por un instante, quizá aún tuviera fuerzas suficientes para revelar algo crucial sobre lo que había sucedido.
Treinta minutos más tarde, Blaine atravesó la entrada de la unidad de cuidados intensivos del hospital, y sus pasos resonaron siniestramente por los pasillos estériles.
El ambiente estaba impregnado del olor acre del desinfectante industrial, tan fuerte que le quemaba las fosas nasales y le hacía protestar los pulmones con cada respiración.
Un médico cansado hacía guardia en la entrada y se adelantó inmediatamente con una expresión de profunda gravedad grabada en sus rasgos curtidos.
—Señor Castro, gracias a Dios que ha llegado.
Blaine soltó un suspiro agudo e impaciente mientras fruncía el ceño con evidente frustración. Definitivamente, no era el momento adecuado para cortesías ni charlas sin sentido.
—Sáltese las formalidades y vaya al grano. ¿Cómo está Stan ahora mismo?
La expresión del médico se ensombreció considerablemente mientras negaba lentamente con la cabeza, con un profundo pesar que dibujaba líneas dolorosas en sus rasgos cansados.
—El paciente recuperó brevemente la conciencia hace aproximadamente una hora, pero, por desgracia, todos sus signos vitales han descendido a niveles peligrosamente críticos. Me temo mucho que no le queda mucho tiempo.
Esas devastadoras palabras golpearon a Blaine con la fuerza de un maremoto helado, apagando al instante la última llama de esperanza que ardía obstinadamente en su pecho.
Tenía demasiadas preguntas sin respuesta y cabos sueltos en esta compleja red de misterio, y Stan tal vez poseía el conocimiento necesario para entrelazarlos y formar un cuadro coherente. Si Stan moría ahora, la investigación se paralizaría una vez más.
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Nota de Tac-K: Pasen un hermoso día queridas personitas, se les quiere un montón. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (─‿‿O)
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