El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1148
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1148:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Hailey se acercó a un banco de piedra cercano. Estaba a punto de sentarse para recuperar el aliento cuando alguien llamó a la puerta.
El sonido agudo la sobresaltó y se puso inmediatamente en guardia.
¿Quién podría ser?
Su mano buscó instintivamente la pistola que llevaba en la cintura. La sacó mientras se acercaba lentamente a la puerta.
—¿Quién es? —gritó Hailey con voz baja y cautelosa.
Al otro lado, Sadie estaba detrás de Forest, presionando la fría hoja de un cuchillo contra su espalda. El aire estaba cargado de tensión.
Forest tragó saliva. El sudor frío le cubría la frente y, por mucho que intentaba mantener la calma, su voz seguía temblando ligeramente. —Soy yo, Hailey. Me he olvidado algo. Por favor, abre la puerta.
Hailey se quedó paralizada. ¿Había vuelto su padre? Pero ¿por qué?
No lo pensó dos veces e inmediatamente hizo una señal a los guardias apostados en la puerta del patio.
Estos asintieron y se dispusieron a abrir las puertas.
Se abrieron de par en par y, antes de que Hailey pudiera procesar lo que estaba pasando, los hombres de Sadie irrumpieron en el patio.
Los guardias de Hailey fueron tomados por sorpresa y rápidamente reducidos.
Hailey retrocedió tambaleándose, en estado de shock, con la mano temblorosa mientras apretaba con fuerza su pistola.
¿Cómo habían llegado a esa situación?
Se quedó boquiabierta, incrédula, cuando Sadie entró en el patio con Forest a punta de navaja.
¡Esa zorra! ¿Cómo ha encontrado este lugar?
Forest se irguió cuando el frío acero se clavó más profundamente en su piel. «Calmémonos todos y resolvamos esto pacíficamente, ¿de acuerdo?».
Su voz se quebró ligeramente y había desesperación en sus ojos mientras miraba a su hija. —¡Sálvame, Hailey! ¡Por favor!
A Hailey se le tensó un músculo de la mandíbula. —¿Qué quieres, Sadie? —espetó.
Sadie sonrió con aire burlón, con los ojos fríos como el hielo. —Creo que soy yo quien debería preguntarle eso, señorita Burgess. ¿Qué la ha llevado a llegar tan lejos, solo para retener a mi marido?
Últimos cнαρᴛєяѕ 𝓮𝓷 ɴσνєʟαѕ4ƒαɴ.ç𝓸𝗺
Hailey se puso rígida y sus ojos brillaron con recelo. ¿Cómo sabía Sadie que Noah estaba allí?
—¿No murió su marido hace tres años, señorita Hudson? ¿De qué está hablando? ¿El dolor finalmente la ha vuelto loca?
La paciencia de Sadie se agotó al oír eso. Se había cansado de jugar. —O liberas a Noah o te llevarás el cadáver de tu padre a casa.
Nada más decirlo, levantó el cuchillo y se lo clavó en el hombro derecho a Forest.
«¡Ah!», gritó Forest de dolor mientras la sangre empapaba su camisa y goteaba por la manga. Hailey abrió los ojos como platos. No esperaba que Sadie atacara. ¡Qué loca!
.
.
.