El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1147
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Capítulo 1147:
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Hizo una pausa y su tono se volvió más oscuro y peligroso. «Sigue el plan al pie de la letra. Vuelve a Zupren y asegúrate las acciones del Grupo Burgess. Todo lo demás está bajo mi control».
Habían pasado tres años desde que Noah salvó al Grupo Burgess de una destrucción segura, reclamando el puesto de presidente y llevando a la empresa a la prominencia internacional.
Ahora Hailey comprendía con total claridad una verdad fundamental: el poder auténtico nunca provenía de tomar prestada la fuerza de otra persona. Tenía que hacerse con él por sí misma. El Grupo Burgess llevaba la sangre y la historia de su familia. Por derecho, le pertenecía.
El alivio se apoderó del rostro de Forest. Su mano encontró el hombro de Hailey en un breve gesto de aprobación.
—Ten cuidado ahí fuera. Mantén a Noah bien controlado. No olvides nunca de lo que es capaz Sadie.
La risa de Hailey sonó áspera y desdeñosa.
Con Noah finalmente atrapado en su red, las habilidades de Sadie no significaban nada: Noah nunca se liberaría de su control.
Hailey bajó la vista para mirar la hora en su muñeca.
—Se acaba el tiempo. El vuelo de Zupren empezará a embarcar en cualquier momento. Tienes que irte ya.
Forest asintió con la cabeza, guardándose el resto de sus pensamientos para sí mismo.
Hailey permaneció inmóvil, observando la figura de Forest mientras se alejaba hasta que las sombras lo envolvieron por completo. Solo entonces se dio la vuelta y regresó a la entrada. La puerta metálica se cerró con un golpe seco detrás de ella.
Nathan había observado cada detalle del intercambio. En cuanto Forest desapareció de su vista, se volvió hacia su equipo y susurró en voz baja: «Moveos. Cogedlo ahora».
Los guardaespaldas entraron en acción al instante, deslizándose hacia la boca del callejón con el silencio del humo flotando en el aire.
Nathan se volvió hacia Sadie, dejando que una leve sonrisa de satisfacción se dibujara en sus labios.
—Sadie, relájate. Una vez que tengamos a su padre, ella bailará como nosotros queramos. Hailey nunca pondría en peligro su seguridad.
Sadie se quedó completamente inmóvil durante un instante. Entonces, algo cambió en su rostro. Su mirada se volvió depredadora.
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Sacudió la cabeza con fuerza. —Eso no bastará. Dividamos nuestras fuerzas. Nathan reconoció esa mirada: la mente de Sadie ya había puesto en marcha una nueva estrategia.
Levantó una ceja mientras se acercaba, pendiente de cada palabra que ella pronunciaba.
En el estrecho patio del edificio 301, Hailey caminaba de un lado a otro en círculos cerrados, con las palmas de las manos húmedas a pesar del aire fresco. ¿Por qué tardaba tanto Stuart en completar la operación?
Hailey creía que cuanto más esperara, más impredecible se volverían las cosas. No podía permitirse cometer ningún error.
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