El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1128
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Capítulo 1128:
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«Averi ya está de camino a la finca Myrtlewood. Jack y Breck tienen todo bajo control. No hay nada de qué preocuparse».
Sadie asintió distraídamente, aunque la incomodidad en su pecho persistía. Algo le parecía extraño. Había algo raro en la expresión de Noah.
Con su ayuda, volvió a tumbarse en el colchón.
—¿Con quién hablabas antes? He oído algo. —Al oír eso, Noah apartó la mirada.
«No, Sadie, debe de haber sido tu imaginación». Sus palabras se suavizaron, casi como una nana. «Acabas de recuperar la conciencia. Aún te estás recuperando. Descansa».
Le ajustó la manta con delicadeza y le besó la frente.
Cuando se apartó, ella le agarró la mano de repente.
Su mirada se clavó en él. —Por favor, dime la verdad. ¿Hay algo que me estás ocultando?
El corazón de Noah se aceleró y las palmas de las manos se le humedecieron. Le apretó los dedos para tranquilizarla.
—Sadie, no le des vueltas. Intenta relajarte y recuperarte.
Sadie lo observó en silencio durante un momento, la suavidad de su rostro incapaz de ocultar una verdad más profunda.
Bajó la mirada y cerró lentamente los ojos. Quizás sus pensamientos solo le estaban jugando una mala pasada.
Noah salió al pasillo y cerró la puerta sin hacer ruido. Casi inmediatamente apareció Stan, con una expresión de urgencia en el rostro. Se acercó con la voz quebrada.
—Sr. Wall, mi jefe… sigue llamando a la Sra. Hudson. ¿Podría visitarlo, solo un momento?
El estado de Alex había empeorado y Stan se aferraba a la esperanza de que ver a Sadie pudiera ayudarle a sobrevivir.
Noah levantó una mano, haciendo un gesto de silencio, con el rostro ensombrecido.
—Sadie está delicada. El médico ha dicho que necesita mucho descanso. Acaba de quedarse dormida.
Stan palideció y se derrumbó, como si el peso de la situación fuera demasiado para él.
—¡Pero el señor Howe apenas está vivo! ¡Solo quiere ver a la señorita Hudson! ¡Solo una vez!
La expresión de Noah cambió y su mirada se volvió tormentosa. Alex acababa de salir del hospital. ¿Cómo era posible que su vida ya estuviera pendiendo de un hilo? Se le formó un pliegue en la frente y la incertidumbre se apoderó de él.
—Voy a ver cómo está —dijo con voz seca y autoritaria—. Cuéntame lo que pasó realmente. ¿Fue solo un accidente o algo planeado?
Cuando Noah finalmente cedió, una chispa de alivio iluminó el rostro de Stan, que se incorporó rápidamente. Echó un rápido vistazo hacia la puerta cerrada, pero se mantuvo en silencio. Entendía lo frágil que era el estado de Sadie.
—El que iba al volante se dio a la fuga justo después del choque. ¡Estamos haciendo todo lo posible por encontrarlo!
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