El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1097
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Capítulo 1097:
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Y entonces se dio cuenta: Noah estaba despierto.
De verdad, completamente despierto.
La emoción la invadió tan rápidamente que le robó el aliento. Se le oprimió el pecho y las lágrimas se acumularon antes de que pudiera siquiera intentar detenerlas.
La alegría era tan abrumadora que le nubló la vista.
Cuando Noah vio sus lágrimas, su expresión se suavizó y una sutil tristeza se dibujó en su rostro.
Levantó lentamente la mano, tratando de secarle las lágrimas de la mejilla con un cuidado tembloroso.
Pero ese contacto tan suave, tan familiar, tan frágil, hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Sadie. Un recuerdo enterrado salió a la superficie y, antes de que pudiera evitarlo, se apartó de él con una fuerza inesperada, apartando su mano.
El rechazo dejó atónito a Noah. Su mano quedó suspendida en el aire y sus ojos se nublaron, dejando entrever un destello de dolor en lo más profundo de su mirada.
Sadie se secó rápidamente la cara con el dorso de la mano, ahuyentando las lágrimas como si fueran una prueba de debilidad.
Respiró hondo, se levantó bruscamente y le dio la espalda. Su tono se volvió gélido cuando dijo: «Ya estás despierto, así que perfecto. Hay algo que necesito preguntarte».
El aire mismo pareció congelarse cuando las palabras de Sadie resonaron en la habitación.
Noah bajó la mirada.
Sabía exactamente lo que ella quería preguntarle: los secretos del pasado que él había mantenido ocultos. Siempre había esperado que ella nunca tuviera que enfrentarse a ellos.
Noah tragó saliva antes de hablar, aunque su voz aún sonaba un poco ronca. «Sadie, si tienes algo que decir, dilo».
Sadie se giró bruscamente y clavó sus penetrantes ojos en él. —¿De verdad ha muerto Sharon? —exigió con voz temblorosa.
La pregunta golpeó a Noah como un puñetazo en el pecho. Apretó las manos con tanta fuerza que se le pusieron blancos los nudillos.
Levantó la cabeza y se encontró con la mirada obstinada de ella. —Sadie —dijo con tono resignado—, todo lo que he hecho ha sido por ti. El pasado ya quedó atrás. ¿No podemos simplemente olvidarlo y empezar de nuevo?
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Intentó suavizar el tono, con la esperanza de alejarla de aquellos recuerdos dolorosos. —No creo que tus padres quisieran que te quedaras atrapada en el pasado.
Había más cosas que quería decir, pero Sadie no quería escuchar ni un segundo más.
—¡No lo entiendes! —espetó ella, con la voz llena de tristeza y decepción—. ¡No me entiendes en absoluto! Sus padres llevaban diecisiete años desaparecidos. Laura había muerto con una expresión angustiada y preocupada en el rostro, y Sadie sabía que nunca olvidaría esa expresión mientras viviera.
Necesitaba encontrar a sus padres y descubrir lo que realmente les había sucedido. No era solo una obsesión sin sentido, era su deber como hija.
Noah frunció el ceño ante su arrebato.
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